lunes, 2 de enero de 2012


¿Habrá dichas o desgracias en este nuevo año? Son algunas incertidumbres de la población:FAE

Janet Hernández Cruz
Felipe Arizmendi Esquivel obispo de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, dio a conocer en su mensaje de fin de año, que al iniciar un nuevo año, todos nos deseamos mil felicidades; pero estos deseos siempre están bajo una nube de dudas e incertidumbre: ¿Cómo será el año? ¿Habrá dichas o desgracias? Deseamos que sobresalgan las bienaventuranzas para todos.Indica que los temores que más sobresalen son: la violencia de los secuestros, la inhumanidad de los narcotraficantes, la injusticia de las extorsiones, la inseguridad en las calles, comercios y en los mismos hogares, la insuficiencia del salario, la falta de recursos para atender la salud.

Monseñor refiere que lo que más preocupa es la soledad existencial que muchos experimentan, incluso en su familia, que les orilla al consumo desmedido de alcohol y de drogas, al suicidio y a ser unos vagabundos, amigos de pandillas y malvivientes. “Nos duele la violencia contra los migrantes, el abandono de muchos presos, la angustia de los ancianos, el no aprecio de la mujer y la irresponsabilidad ante los hijos, nos desasosiega la pobreza de millones, la falta de trabajo y de oportunidades para una vida digna”.Menciona que también es preocupante el clima de violencia verbal por las contiendas electorales, al interior de los mismos partidos, “se nota una ambición de escalar puestos, abandonando los cargos para los que fueron elegidos, mientras más avance el proceso electoral, tememos que la lucha entre candidatos sea más feroz y despiadada”.
Así también el prelado expresa que es alentadora la esperanza de tantas familias que se mantienen unidas, en que los padres son responsables, aún dentro de sus limitaciones económicas. “Muchos padres educan en valores profundos a sus hijos, y son un ejemplo de laboriosidad, de respeto a los demás, de servicio a los pobres, de fe cristiana comprometida”.
Subraya que es un aliciente que los nuevos jóvenes que no se han dejado arrastrar por la droga y la vagancia, estudian, trabajan, se preparan y colaboran en su hogar formando grupos de reflexión bíblica y de servicio comunitario.
“Nos alienta la próxima visita del Papa Benedicto XVI, quien nos viene a fortalecer en la fe y a animarnos a impulsar una nueva evangelización, que responda a los retos actuales”, señala.
Finalmente el obispo Arizmendi, expone que la entrega generosa de tantos sacerdotes, religiosas, diáconos, catequistas y apóstoles laicos, que hacen viva a la Iglesia, que la renuevan y la hacen presente en todas partes, para que sea sacramento del amor del Padre es muy alentador para la iglesia católica.

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