jueves, 26 de mayo de 2011

¡ ARREPIÉNTETE PECADOR !

Para los profanos era un fanático, para el mundo cristiano era un profeta o un enviado de Dios y para los irreverentes estaba loco y se mofaron cuantas veces pudieron de un hombre que nunca hizo daño a nadie y que en contrario deja un gran vacío social.

Augusto Solórzano
Jamás respondió a las burlas, no perdió el rumbo y tampoco recibió limosnas de nadie; fue ejemplo de familia y ahora es ejemplo de muchos. Se preparó y enseguida se consagró como mensajero de Cristo por décadas.
No hay un ser humano de o que haya llegado a Tuxtla Gutiérrez que no tenga referencia de él. Todos le conocimos y hasta aprendimos de su lección; persistencia y entrega para trasladar la palabra de Dios a los corazones de cuanta gente se le atravesó.
Para los profanos era un fanático, para el mundo cristiano era un profeta o un enviado de Dios y para los irreverentes estaba loco y se mofaron cuantas veces pudieron de un hombre que nunca hizo daño a nadie y que en contrario deja un gran vacío social.
Sabía lo que muchos no hemos podido lograr o simplemente ni siquiera intentar; este señor por el contrario, recitaba la Biblia de memoria. Citaba capítulos, versículos, parábolas, etc., y los adaptaba públicamente para rescatar a la humanidad del pecado.
Con su frase ¡Arrepiéntete Pecador! Con ella resucitó a la vida cristiana, con ella vivió y con ella murió ayer a las 2.27 PM en su domicilio del Fraccionamiento Alborada al norte poniente de Tuxtla Gutiérrez.
¡Arrepiéntete Pecador, arrepiéntete! fue encanto y hasta mofa que en el fondo taladró corazones. Fue estandarte y bandera del Ingeniero René Grajales, quien ha descorrido el telón de la vida para descansar en paz como corresponde a un hombre de bien.
Don René deja a su esposa, Esther Alicia Zebadúa Grajales y a sus hijos de los cuales tres ya son fallecidos. Le sobreviven el mayor, Jesús y el menor José Luis Grajales Zebatúa. Antes fallecieron Eloisa a los 43 años, Esther a los 53 y René a los 17 años de edad.
José Luis, confía que su madre Doña Esther es un roble que la sentimos profundamente triste, pero, ella es muy fuerte "imagínese ha soportado la muerte de mis tres hermanos y ahora la de mi padre".
Muy pocos saben que el Ingeniero en Agronomía René Grajales nunca anotó su segundo apellido y ni siquiera su familia lo supo, es un secreto que se lleva a la tumba. "Mi padre así me asentó". Decía.
Con inusitado aplomo en Funeraria Class al oriente de Tuxtla sobre carretera panamericana, José Luis sin decirlo se declara admirador de su señor padre por "el intenso amor que profesaba hacia los demás y por la humildad que demostraba ante todo".
El aleccionador personaje de la Capital de Chiapas nació en Suchiapa y la mayor parte de su vida la disfrutó en Tuxtla hasta que su voz finalmente se apagó para dejar de decir ¡Arrepiéntete, Pecador!, a los 84 años de edad.
El señor Grajales, fue representante del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, DAAC (lo que hoy se conoce como Reforma Agraria) en la década de los 70's, tiempos en los que abandono la vida mundana para dedicar su vida a predicar la palabra de Dios.
Sus restos fueron velados anoche y hoy serán sepultados a las 3 PM en el panteón municipal de esta capital. Su hijo menor que cifra su edad arriba de los 40 años, recuerda que su padre podría hacer y decir todo, pero, "nunca le escuché una mentira".
"No recibía limosnas de nadie. Desde que se dedicó a predicar en la calle, yo me encargué de mantenerle con lo necesario. Le dábamos para su camión. Pero siempre regresaba con la moneda. Caminaba y caminaba o no le cobraban".
"Comía de todo y más cuando adivinaba que se le daba con amor. Dormía poco. No aceptaba medicamentos para nada. Nunca enfermó hasta enero cuando los sorprendió un infarto cerebral".
Quedó paralítico de la mitad del cuerpo del lado derecho, únicamente movía la mano y pierna derecha. Yo le atendí personalmente de enero a la fecha y lo transportaba en silla de ruedas. No hablaba. "Para qué, ya había dicho todo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario