martes, 15 de febrero de 2011

Punto de Vista
Mario Tassías


Aristóteles decía que "el hombre es por naturaleza un animal social: "el hombre que piensa que puede vivir fuera de la polis es una bestia o un dios" (ser autosuficiente es no ser humano); también decía que las sociedades están compuestas por elementos diferentes.
Ya encarrerado, dirían en mi pueblo, Aristóteles dice que su maestro Platón cometió el error de pensar que una polis sin una norma única de rectitud sería inestable, porque Aristóteles sostiene que cualquier intento de aplicar una norma única provocaría su destrucción; y que el mejor gobierno es el mixto: ni monarquía, ni aristocracia, ni únicamente democracia, siendo preferible la democracia a la monarquía y a la aristocracia si no hubiera otra elección, pero mejor que el gobierno de la sola mayoría, sería la combinación del principio aristocrático de conocimiento y auctoritas con los principios democráticos de conocimiento y poder, es decir, "los muchos eligiendo a los pocos".
El texto sustraído del libro "Doce tesis sobre política" (México, IIJ-UNAM, 2008) de Antonio-Carlos Pereira Menaut, nos muestra una vez más, como si faltara, que es por los principios democráticos como el mundo camina, de otra forma suele pasar, tarde o temprano lo que acaba de ocurrir en Egipto. Que es como una advertencia para quienes suponen que asumir el poder es decisión divina, que no debe contradecirse.
Y si retrocedo miles de años en la historia política de la humanidad, es que en pleno ejercicio de una vida llamada a la modernidad, todavía se registran hechos que, no por asombrarnos significan que nos causen admiración para otorgarle una consideración especial o nos dejen perplejos y paralizados.
Aristóteles y su maestro partían del supuesto de que todas las formas de régimen político necesitan justificarse, que no existe el poder desnudo, sin consentimiento racional, y que si no se justifican pueden y deben cambiarse.
La única justificación de la monarquía o gobierno de un hombre es que éste sea perfectamente sabio y bueno, lo cual en la práctica, haría de él un dios, cosa posible pero no probable, ni siquiera entre profesores, políticos, soldados o burócratas. La única justificación de la aristocracia es la sabiduría y la experiencia, pero en la práctica la aristocracia suele degenerar en plutocracia o gobierno de los ricos. La única justificación de la democracia o gobierno de la mayoría es la igualdad, pero para Aristóteles la justificación democrática per se es una falacia, "la creencia de que como los hombres son iguales en algunas cosas, son iguales en todas". Sigue razonando que es mucho mejor unir la auctoritas de los pocos con la necesidad de obtener el consentimiento de los muchos. Hacer que la mayoría se sienta implicada en las tareas de gobierno es crear la forma de gobierno más fuerte posible, recomienda el estagirita.
Dicho en lenguaje coloquial, si el piso está parejo ¿por qué tanto brinco ahora que se habla de la reforma de Estado y de los procesos que han sacudido estructuras en los primeros 45 días del 2011?
"Y ahora (que) nuestra realidad nacional es invadida por la guerra. Una guerra que no sólo ya no es lejana para quienes acostumbraban verla en geografías o calendarios distantes, sino que empieza a gobernar las decisiones e indecisiones de quienes pensaron que los conflictos bélicos estaban sólo en noticieros y películas de lugares tan lejanos como… Irak, Afganistán,… Chiapas, como comunica Desde las montañas del Sureste Mexicano. (El) Subcomandante Insurgente Marcos. México, Enero-Febrero del 2011. SOBRE LAS GUERRAS. Segunda parte de la carta primera del SupMarcos a Don Luis Villoro, en el inicio de un intercambio epistolar sobre Ética y Política. Enero-Febrero del 2011. Parte 2 de las 4 que conforman la carta primera, misma que aparecerá completa en el próximo número de la Revista Rebeldía.

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