lunes, 20 de septiembre de 2010

Local


Felipe Arizmendi Esquivel afirmó que con motivo del
Bicentenario dijo que “los mismos obispos hicimos
varios eventos trataron de analizar la historia y ver
que hay muchas cosas buenas que celebrar

ALBERTO HERNÁNDEZ
El obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas Felipe Arizmendi Esquivel afirmó que con motivo del Bicentenario del inicio de la independencia de México, es justo y necesario celebrar; “los mismos obispos hicimos varios eventos; los obispos hemos tratado de analizar la historia y ver que hay muchas cosas buenas que celebrar, esto no impide que seamos críticos y veamos lo que estuvo mal en el pasado y en el presente, pero es justo celebrar”, dijo.
Informó que de manera personal estuvo en comunidades lejanas de la sierra y las montañas del municipio de Las Margaritas, “unas comunidades donde difícilmente pudimos llegar, por la lluvia se cortaron las carreteras y llegamos caminando entre lodazales”.
“Fui a otra comunidad que se llama Las Delicias, el nombre es un poco contradictorio porque yo fui hace seis años, llegue caminando, ahora ya llegué por carretera, en malas condiciones, pero ya se llega, sin embargo, aún tanto en esa comunidad Las Delicias como en otras, aún no hay luz eléctrica, varias comunidades que carecen del tendido eléctrico, no tienen agua ni siquiera entubada, unos lodazales espantosos, las casas prácticamente todas de madera, pero ya tienen carretera, hay algo que celebrar”, sostuvo el prelado en su mensaje de fin de semana al término de la misa dominical.
Dijo que al igual que en esta comunidad, situaciones similares suceden en el país, hay cosas buenas, dijo, sin embargo, “no desconocemos los problemas, Jesucristo mismo nos insiste en que el rico que derrocha y no se fija en los pobres, está actuando contra la voluntad de Dios, es decir, si en el país se gastaron más de 3 mil millones para celebrar estas fiestas del Bicentenario, qué bueno que se pudieron celebrar, pero ojalá que se hubiera destinado un poquito más a las comunidades tan necesitadas”.
A estas comunidades, aclaró, los días de de celebración no les significaron nada; “este es el México real por el cual tenemos que preocuparnos para que el Bicentenario sea un motivo de reflexión, no sólo para echar la casa por la ventana en fiestas, cohetes, desfiles, lo cual es necesario, pero que no nos olvidemos de esta gran deuda con los pueblos más marginados y más pobres”, insistió.
Jesucristo mismo nos enseña a que el dinero no es todo en la vida, ni los recursos económicos llenan todas las necesidades, que los veamos como hermanos, que nos preocupemos unos por otros y así podamos vivir en paz y en tranquilidad, como sería la mejor celebración de este Bicentenario.
Ante esto, Arizmendi Esquivel lamentó que “no faltaron personas que dijeran, nada hay que celebrar en el Bicentenario, u otros criticaran solamente los gastos fastuosos que se hicieron, y yo creo que hay que evitar extremos”, indicó.
“Como Iglesia queremos construir un país más justo y fraterno, pero si no unimos voluntades, no vamos a quedarnos más que en críticas y en lamentos”, mencionó.
Finalmente, el líder religioso exhortó a la población a que todos a nivel local, en el municipio, en la escuela, en el trabajo, en la iglesia, en el estado, “todos nos sumemos no sólo criticando, sino aportando también soluciones”, concluyó.

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