jueves, 17 de octubre de 2013

¡PALABRA DE HONOR! ..

Para las Autoridades Municipales, para Octavio Zunún, para todos los ciudadanos que vivimos en San Cristóbal y le hemos fallado en nuestro compromiso de trabajar para construir una ciudad independiente, segura, acogedora y muy nuestra.

¡Palabra de honor!  En esta expresión de los caballeros descansaba la confianza del mundo, pues se le invocaba como documento de valor, más que la firma por la que se aceptaba una obligación, más que la palabra escrita, de indiscutible fuerza legal.
La frase no era un simple juego de voces, sino la manifestación de un sentimiento arraigado en la conciencia.
¿Para qué recurrir a documentos más o menos autorizados, si en el ánimo varonil no cabía siquiera un asomo de deslealtad,  si como amplísima garantía de una afirmación o una promesa estaba la confianza íntegra de las fuerzas morales?
¡Qué tiempos!, tiempos en los que no hubo necesidad de constancias notariales, ni rúbricas registradas, ni testigos de respaldo para proteger lo dicho; todo esto sobraba.
Ayer, quebrantar la palabra de honor era casi un estigma; hoy, es casi un deporte.  Ya no asegura probidad, ya no responde a las virtudes con que alguna vez se le invistió.  Hasta va cayendo en descenso como resultante lógica del tiempo azaroso que vivimos, de la bancarrota de los valores morales.
¡Qué enfática la frase que daba carta de naturalización al caballero! , sin temores, sin dudas; quien la profería se recomendaba como digno de todas las distinciones.
Las altas prendas espirituales no pueden comprarse con dinero, ¡palabra de honor!
PROFR. JESÚS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ.

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