lunes, 4 de marzo de 2013


Prostitución infantil en primer cuadro de Tuxtla 


Augusto Solórzano López /ASICh
El descubrimiento de presunta prostitución infantil de dos niñas y un niño, se ha hecho evidente en los recientes días en pleno primer cuadro de la ciudad y en donde para variar operan desde una “cantinucha” de poca monta. 
Quienes han conocido del caso, demandan una sigilosa investigación para dar con la o los responsables de estos hechos; se dice que la presunta mujer es de origen centroamericano y se hace pasar como “abuela” de los menores de edad.
Se denuncia que la cantinera (cuyo nombre no fue proporcionado) del negocio, bar o cantina denominado «Toro Rojo», localizado en 3ª poniente casi esquina con 5ª Norte de esta Capital, facilita el abuso sexual de tres menores que al parecer son sus nietos.
La supuesta implicada es o se dice de origen Hondureño; las niñas representan; una 6 y la otra 13 años de edad y un niño cuya edad no se reveló.
Se indica que la “hondureña”, prostituye a los 3 menores de edad y que incluso se le ha visto los días domingo en el Parque Central muy cerca de Catedral, consiguiendo “clientes” para los muchachitos.
Los denunciantes cuyas generales se omiten por obvias razones, mencionan que en el referido lugar “pasea” a la niña de 6 años, misma que se le ve con carita triste y demacrada.
En el antro “Toro Loco”, coinciden los vecinos se dan cosas “muy raras” y que los movimientos de tipo sexual tienen relación con un “hotelito” que está a la vuelta siendo el lugar en donde se produce el “trabajo” de sexo servidoras y el abuso sexual a los menores.
Inclusive un testigo ocular vio y luego comprobó el abuso a la nena de 6 años por parte de una persona mayor de edad, con la autorización y cobro de la famosa “abuela de Honduras” que
también se dedica al sexo/servicio.
La presunta “centroamericana”, presenta a la muchachita como su nieta y así la otra de 13 años y el niño, quienes son víctima de este tamaño de atentados que la autoridad debe poner en claro o descartar la denuncia.
También se dice que algunos policías saben de estos excesos pero, lo más seguro es que reciban la consabida “mordida” o la “abuela” pague “con banco/cuerpo”.
El tema también se ventila con mucha frecuencia entre el medio taxista, pero, nadie se atreve a decir nada para no tener complicaciones con las autoridades, que, seguramente no conocen de este tipo de abusos. 

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