miércoles, 12 de septiembre de 2012


CAFÉ PARA TODOS

Alberto Carbot


* LÓPEZ OBRADOR PINTA SU RAYA; ¿PODRÁ EL PRD RESISTIR LA PRESIÓN?
* EL PRI PRESENTA PROPUESTA PARA REDUCIR EL NÚMERO DE LEGISLADORES ANTE EL CONGRESO


Aunque fue la crónica de una salida anunciada, la decisión de Andrés Manuel López Obrador de pintar su raya y anunciar su separación del Movimiento Progresista, para iniciar un proceso orientado a crear su propio partido, sobre las bases del Movimiento de Regeneración Nacional, no dejó de provocar cierto desconcierto.
Los mismos analistas políticos, tan doctos en hacer pronósticos y formular teorías e hipótesis, esta vez no son unánimes sobre si será positivo o negativo este temerario paso del ex presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Lo cierto es que la medida que adoptó ya es comparada con la que asumieron en 1987 Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, de abandonar el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para formar una coalición de izquierda que compitió exitosamente en las accidentadas elecciones de 1988.
Algunos expertos consideran que López Obrador ésta vez dobló la apuesta y realizó lo que se suele decir una "fuga hacia delante".
En el aspecto positivo, parece una jugada muy habilidosa orientada a poner fin lo que algunos -entre ellos Jesús Ortega, ex líder del PRD- llaman la "esquizofrenia de la izquierda".
Se trataría en rigor de aislar a los diputados, senadores y gobernadores postulados por la alianza de izquierda en las elecciones recientes, para que puedan libremente negociar y reconocer al nuevo presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y colaborar con las autoridades legales a fin de sacar adelante las reformas pendientes tanto en el Congreso como en los distintos niveles de colaboración formal que existe entre los diferentes niveles de gobierno.
Es sin duda una buena movida, pues de esta manera no se les puede considerar "apestados" entre la misma izquierda por el hecho de haber llamado presidente a Peña Nieto o de haberse sentado a la mesa con él.
Terminará entonces esa hipócrita actitud como la asumida en el sexenio actual por algunos funcionarios, entre ellos Marcelo Ebrard, pero también otros gobernadores perredistas, a quienes casi se les lincha y se les da trato de traidores entre sus compañeros porque se atrevieron a darle la mano al "ilegítimo" o acudir a Los Pinos a alguna reunión institucional.
Sin embargo, existe un riesgo latente de estampida de las filas del PRD o del Movimiento Ciudadano o el Partido del Trabajo hacia la nueva fuerza política. Siembre habrá un grupo de incondicionales que quieran congraciarse con su líder y pretendan competir por mostrar quién es más sumiso.
Por supuesto, se dice formalmente que no habrá tal éxodo, pero obviamente no es lo mismo un cierto número de "grass roots", como se le llama en Estados Unidos a los seguidores de las bases, repartidos en un solo partido, que diseminados en 3 o 4 fuerzas políticas.
Habría qué preguntarse como ya lo han hecho algunos, si hubo 15 millones de votos en estas elecciones, cuántos corresponden realmente sólo a la izquierda y los que obtuvo López Obrador.
¿Y qué sucedería si Marcelo Ebrard se postula por su cuenta? ¿Y si también lo hiciera Mancera? ¿De a cuántos votos le tocaría a cada uno? Porque por mucho que lograran atraer a los indecisos y a los que votan por otras fuerzas políticas muy difícilmente divididos pueden conseguir el caudal cosechado por el Peje.
La verdad es que hay que decir que la decisión de López Obrador no es una buena noticia para la izquierda. Equivale a romper con una especie de acuerdo tácito con Ebrard según el cual al tabasqueño le tocaba postularse en 2012, como lo hizo en el 2006, pero darle chance al actual jefe de gobierno de la capital de lanzarse para dentro de 6 años.
Porfirio Muñoz Ledo, ex embajador de México ante Naciones Unidas, insiste en que la decisión de López Obrador no supone "la fragmentación de la izquierda".
El tabasqueño dio a conocer el domingo su decisión de trabajar por la "transformación de México" desde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que fundó en 2006.
"Voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México; lo haré desde el espacio que representa Morena. Me separaré de los partidos del Movimiento Progresista", dijo ante una multitud el domingo en el Zócalo, reunida para una asamblea informativa.
ALGUNOS DIRIGENTES YA PIENSAN EN UN "PARTIDO ÚNICO"
El senador del PRD, Alejandro Encinas, considera que hay que pasar a la fusión orgánica de las izquierdas con una nueva modalidad: "la conformación de un partido-frente, donde Morena sea uno de los componentes como organización política, para participar en igualdad de condiciones todos los partidos".
El dirigente nacional del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, saludó la decisión de López Obrador y dijo que las izquierdas "podríamos empezar a ver la pertinencia de ver un partido único".
Sin embargo, fuera de la óptica de estos grupos, las cosas se ven distintas. Por ejemplo, la senadora panista Gabriela Cuevas, estima que con la salida de López Obrador es probable que las instituciones de izquierda se fortalezcan, abonen a México y dejen atrás los caprichos de su dirigente.
Su colega de partido, el senador Javier Lozano, escribió en su cuenta de Twitter que espera que, ya sin AMLO, los partidos de izquierda estén en aptitud y con la actitud de llegar a acuerdos en el Congreso.
"El PRD seguirá vivo, independientemente de que Morena se convierta en partido político", insistió Encinas mientras su compañero de bancada, el cínico senador Manuel Bartlett, afirmó: "esto es lo que necesitábamos" en la izquierda, el que López Obrador se convierta en "la cabeza de un movimiento importante en el país".
El diputado Ricardo Mejía, integrante de la Comisión Operativa Nacional de Movimiento Ciudadano, dijo que "seguiremos haciendo nuestro propio esfuerzo, en el sentido de luchar por el país y terminar con las injusticias; tenemos causas comunes y seguiremos viendo a López Obrador como un gran líder".
Habrá que ver cómo piensan lograr este objetivo. Por lo pronto, quizá la dirigencia del PRD respira aliviada porque ya no tiene que hacer gestos cada vez que López Obrador emite alguna orden y ellos se resisten a acatarla.
Quizá en el fondo es mejor separar "el movimiento social" que es el llamado lopezobradorismo, de la estructura burocrática, que suele ser muy rígida.
Lo único que queda claro es que López Obrador no está viendo hacia el corto plazo, sino está ya trabajando para su tercera campaña electoral, en 2018, y dando a conocer su intención de no competir con nadie por su candidatura. En otras palabras, está enviándole un mensaje claro a Marcelo Ebrard de que si quiere postularse, tendrá que esperar hasta el 2024 y eso quién sabe.
Esto resulta preocupante a menos que Ebrard sea capaz a su vez de reforzar su liderazgo, mostrarlo tan competitivo como el de López Obrador e incluso rebasarlo en popularidad. No se trata de una apuesta imposible.
Hay que recordar que en 1988, cuando se postuló Cuauhtémoc Cárdenas, su arrastre fue tal que muchos pensaron que repetiría 6 años después. Sin embargo, en 1994 su imagen se desplomó y no fue ni la sombra de lo que era.
El tabasqueño ya maneja un discurso muy caduco. Difícilmente podrá seguir vendiendo las ideas que ha venido manejando hasta el cansancio sobre la mafia del poder, el pueblo que nunca se equivoca y el masoquismo colectivo.
Quizá ya sea la hora de un recambio en la izquierda con sangre nueva representada por personajes como Ebrard y Mancera, pero también con Gabino Cué.
Será difícil arrebatarle votos a López Obrador, pero no imposible, sobre todo porque personajes como los mencionados representan posturas frescas, innovadoras, modernas y sobre todo moderadas, socialdemócratas y no radicales como las que postula el tabasqueño.
GRANOS DE CAFÉ
… Durante la sesión de ayer en la Cámara de Diputados, la fracción priista en el Congreso presentó una iniciativa para reducir el número de legisladores, que en caso de ser aprobada, dejaría un total de 400 diputados y 96 senadores.
La propuesta reduciría los costos de las cámaras y aumentaría la probabilidad de alcanzar mayorías, ya que se incrementaría la proporción de diputados electos por el principio de mayoría relativa, haciendo posible que el partido que gane el mayor número de distritos alcance más de 50 por ciento de la representación en la de Diputados.
El Congreso mexicano enfrenta un problema en cuanto a la cantidad, costo y funcionalidad de los legisladores federales. Sus 628 parlamentarios, 500 diputados y 128 senadores, constituyen, en términos absolutos, un Congreso con demasiados parlamentarios, superando incluso a Brasil.
En su intervención la diputada del tricolor, Martha Lucía Mícher Camarena advirtió que el verdadero riesgo para la democracia está en la ineficiencia legislativa y en la incapacidad para generar los grandes cambios que el país necesita en el momento que los requiere y aclaró que contar con una mayoría legislativa, no equivale ni a nulificar la división de poderes ni a evadir el juicio de las urnas en la siguiente elección.
… La propuesta del presidente electo, Enrique Peña Nieto, de reforzar la autonomía del IFAI ha sido bien recibida por los legisladores. El diputado perredista Luis Espinosa Cházaro, manifestó que es necesario "ponerle dientes al IFAI, a fin de que tenga la capacidad de sancionar la corrupción".
El legislador apuntó que para mejorar las condiciones del país, una de las prioridades debe ser el combate a la corrupción en todas las instituciones, por lo que brindarle al IFAI la capacidad de sanción, podrá ser una ayuda importante para lograr erradicar la corrupción en todos los niveles burocráticos. A ver si todo no queda en meras expresiones…
…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com

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