jueves, 5 de julio de 2012



El obispo Felipe Arizmendi Esquivel exhortó a la población chiapaneca a evitar las
confrontaciones y ataques postelectorales



ALBERTO HERNÁNDEZ
El obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, exhortó a la población chiapaneca a evitar las confrontaciones y ataques postelectorales de unos contra otros y convocó a la unidad "en todo cuanto ayude a vencer la pobreza y la incertidumbre".
En su mensaje de mitad de semana, el prelado señaló que después de las elecciones aún hay mucha confrontación, ataques feroces de unos contra otros, desconfianzas, descalificaciones, impugnaciones, intereses no siempre claros.
"Hay como tres fuertes corrientes claramente señaladas en los votos emitidos, que nos pueden dividir más, pero que también son una oportunidad de crear nuevas alianzas, de buscar consensos en lo que podemos convenir, de hacer a un lado conveniencias personales, de grupos o partidos, para comprometernos todos en el bien social común", afirmó.
Por lo anterior, insistió en que es necesario poner en común las inquietudes y buscar coincidencias, con la mira puesta en el bien de la comunidad; es necesario, dijo, valorar las propuestas e iniciativas de los otros, y ser humildes para ceder en las propias.
"Superemos el pasado y seamos capaces de perdonar con el corazón. Unamos esfuerzos los diversos niveles de gobierno, instituciones legislativas, empresarios, educadores, comunicadores, líderes sociales, asociaciones religiosas, para superar divisiones destructivas, para ser hermanos contra la marginación y la violencia, para contrarrestar la inseguridad y el narcotráfico, para que los jóvenes tengan alternativas esperanzadoras, para que los campesinos e indígenas vivan con dignidad. Sólo quien es humilde y generoso para renunciar a sí mismo y para construir con otros la unidad, es un buen ciudadano y un buen cristiano", pidió Felipe Arizmendi.
El jerarca católico recordó la escena bíblica entre Caín y Abel, la cual, dijo, "refleja lo que llevamos muy dentro de nuestra humanidad: la envidia, no aceptar que el otro es mejor y más aceptado, sentirse el único y que otros no tienen los mismos derechos; por eso, hagamos a un lado las condenas de unos contra otros, y unámonos en todo cuanto ayude a vencer la pobreza y la incertidumbre", concluyó.

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