jueves, 8 de diciembre de 2011


No faltará quien critique la construcción del monumental Cristo de Chiapas: FAE


Janet Hernández Cruz
Se ha inaugurado la estatua monumental del llamado Cristo de Chiapas, el cual mide 64 metros y está ubicado en la comunidad de Copoya, en una montaña desde donde se contempla la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, señala el obispo de la Diócesis de San Cristóbal Felipe Arizmendi Esquivel en su mensaje semanal.
“Dicen que es uno de los más altos del mundo, es un diseño muy bien logrado, porque integra en una cruz grandiosa a Cristo Resucitado, como un Buen Pastor que cuida no sólo a la ciudad capital, sino a todo nuestro Estado. Tendrá una capilla en que estará expuesto en forma permanente el Santísimo Sacramento, presencia viva del Señor Jesús, fuente de toda bendición”, expone.Así también monseñor menciona, que en Chiapas existen otros cristos, por ello refiere que en días pasados estuvo en Chapultepec, pequeña población de la selva de Ocosingo, con indígenas de 20 comunidades tzeltales aproximadamente en donde todas ellas carecen de luz eléctrica y de carreteras.
“Es una misión atendida por dominicos, para trasladarme allá, desde Ocosingo, tardé veinticinco minutos en avioneta; para el regreso, hice ocho horas, más dos a San Cristóbal. Son poblaciones en que se disfrutan las noches estrelladas y la sencillez de los pobres, pero duele comprobar su persistente marginación, a pesar de los esfuerzos por disminuirla” asevera. Indica que en la misión jesuita de Bachajón, unos 400 tseltales recibieron o renovaron diferentes cargos, como lectores y acólitos, ministras y ministros extraordinarios de la Comunión, “principales” que acompañan a diversos servidores, coordinadores de zonas pastorales, arregladores de problemas, y jóvenes de ambos sexos, responsables de proclamar en tseltal la Palabra de Dios en las celebraciones de sus comunidades. ¡Con qué amor y disponibilidad se sacrifican por la vida del pueblo!, “esos son otro tipos de cristos con los cuales me regocijo”.Arizmendi Esquivel, expone que no faltará quien critique la construcción del monumental Cristo de Chiapas, exigiendo que el dinero invertido mejor se destinara a los pobres, “en efecto, sería una inversión sólo con fines de atraer turismo, si no nos proyectara a los demás, como indica el mismo signo de la cruz: tiene una dimensión vertical, que es la relación con Dios; pero también la horizontal, que es el amor al prójimo, sin ésta, no sería la cruz de Cristo”.Finalmente el prelado exhorta a la sociedad a que la cruz del Cristo de Chiapas, nos lleve a abrir el corazón y las manos hacia los Cristos que cargan solitarios sus cruces, que cada vez que veamos a la distancia su monumento, acortemos distancias con los que sufren, ya que entonces sí será una cruz resucitadora.

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