jueves, 18 de agosto de 2011


El estado, iniciativa privada, líderes políticos y sociales deben atender el problema de la delincuencia en los jovenes: FAE

Janet Hernández Cruz
¿Cuál es la causa por la que muchos jóvenes, incluso niños y adolescentes, son contratados para robar y matar por quienes organizan secuestros, asaltos y extorsiones, y de que sean enganchados por el narcotráfico?, ¿es la pobreza, la falta de empleo, el no poder asistir a la escuela y a la universidad? Si todos tuvieran un buen trabajo y estudiaran, si sus condiciones económicas cambiaran, ¿ya no habría jóvenes delincuentes?, con estas interrogantes inicia el mensaje del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel en su mensaje semanal.
Señala que esta es una posible causa, que debe atender tanto el Estado, la iniciativa privada, los líderes políticos y sociales, pero aclara que no se puede simplificar el problema, "hay muchísimos jóvenes que son pobres, colaboran en labores del campo y de su casa, y no se dedican a la delincuencia. ¿Por qué? porque reciben de sus padres amor, atención y principios morales, así como evangelización por la Iglesia".
Monseñor enfatiza que es incuestionable que muchos de los vinculados a la delincuencia han sufrido carencias afectivas en su hogar; "les ha faltado acompañamiento cercano de sus padres, quizá por el exceso de trabajo, alcoholismo, infidelidades conyugales, divorcios, inestabilidad familiar, violencia dentro de casa; en una palabra, por falta de amor".
Indica que hay esposos que no quieren hijos; los soportan como una carga de la que quisieran deshacerse, por ello cuestiona que si con unos padres egoístas, infieles, violentos, agresivos, autoritarios, que todo lo quieren resolver sólo trayendo dinero a casa, ¿puede crecer una juventud sana, inmune a los atractivos del dinero y del placer?
"Estamos en plena Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, con la presencia del Papa Benedicto XVI. Atendamos a sus palabras y acciones, una luz para los jóvenes, que las televisoras y los medios informativos no resalten tanto lo que hacen grupos minoritarios contrarios a esa visita, con ofensas de mal gusto, sino que, con un criterio maduro y objetivo, difundan los contenidos profundos de sus mensajes", subraya.
Arizmendi Esquivel, hace una llamado a los padres de familia para que dediquen tiempo a sus hijos y traten de comprender sus razones "combinen ser exigentes y cariñosos, para que se sientan a gusto en casa; no todo el tiempo sean regaños, desconfianzas, amenazas y burlas a sus modas, descansen juntos; platiquen; tomen sus alimentos en común".
Pero también explica que no hay que consentirles todo aquello que es indebido; "hay que respetar su libertad, pero también ellos deben acatar las normas y los tiempos de la familia, que se deben dialogar y, en lo posible, consensuar, ante todo, sean ejemplo de rectitud, trabajo, fidelidad, bondad, disciplina, paciencia y constancia", ya que menciona que la mejor educación son los valores practicados en la familia los cuales tarde que temprano darán frutos.
Finalmente monseñor Felipe exhorta a los jóvenes a que no sólo exijan amor; "amen a sus padres y a sus hermanos; disculpen sus errores y limitaciones; procuren convivir con su familia, con esto se sentirán amados y valorados, así, crecerán siendo soporte y esperanza para ustedes y para los suyos".


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