miércoles, 22 de diciembre de 2010

CAFÉ PARA TODOS
Alberto Carbot


* LA MISTERIOSALIBERACIÓN DE DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS; 211 DÍAS CAUTIVO
* EL ASESINATO DE LA ACTIVISTA MARISELA ESCOBEDO; UN CRIMEN QUE AVERGUENZA AL PAÍS



Sin duda, resultaría difícil desentrañar el fondo del secuestro del Jefe Diego, que duró 7 meses y provocó una amplia conmoción política. El caso desató incontables especulaciones, pero hasta ahora pocos se atreven a señalar un perfil definido de los raptores y las motivaciones que condujeron a plagiar a este pez gordo de la política, el hombre que pudo haber gobernado a México entre el 2000 y el 2006, en lugar de Ernesto Zedillo… pero no quiso. Y qué bueno.
Ahora convertido en próspero ranchero y quizá en uno de los abogados más ricos del planeta, Fernández de Cevallos apareció tras su largo cautiverio de 211 días con aspecto de ayatolla, con su barba crecida al máximo e inicialmente con una humildad franciscana que realmente conmovía.
En su primera aparición pública -porque se intuye que fue liberado hace más de 15 días y por recomendaciones de sus asesores decidió presentarse hasta ayer-, trató de provocar un impacto emocional visible y esconder ese talante bravucón y soberbio que suele caracterizarle.
Según Diego, su plagio tuvo un fin económico, pero también una "marcadísima connotación política, supuestamente por cuestiones ideológicas".
En entrevista con su amigo el periodista José Cárdenas en Radio Fórmula, el ex candidato presidencial dijo sentir mucha alegría por reencontrarse con los suyos, con su familia, pero apuntó que le duelen los crímenes ocurridos como "el asesinato de la mujer (Marisela Escobedo) en Chihuahua. Me duele saber lo que acaba de pasar en Chihuahua, lo que acaba de pasar en Monterrey", dijo en referencia a la activista asesinada por llevar a juicio al homicida de su hija a la postre exonerado y también a la ejecución de un alcalde de Nuevo León y el candidato a gobernador de Tamaulipas. Fernández de Cevallos dijo que su caso es "uno más de los que ocurren en el país".
"Supe cómo murieron muchos seres humanos de la forma más violenta. Yo sé que puedo ser noticia, que mueve y remueve el tema de mi secuestro y del crimen organizado", afirmó.
Al menos el cautiverio sufrido lo llevó a reflexionar sobre el sufrimiento que enfrentan miles de familias en las zonas donde campea el narcotráfico.
Con cierto tono dramático que ojalá sea franco -sin duda es un animal político-, señaló que "en este país sólo podremos tener paz y tranquilidad cuando valgan lo mismo las vidas de un candidato a la Presidencia, de ex candidato, de un cura o cardenal, de un soldado o un campesino, cuando todas las vidas humanas nos valgan lo mismo y se respeten igual, de ricos y pobres".
Poco antes, al cabo de 218 días de que Diego Fernández de Cevallos fuera secuestrado, sus captores, quienes se hacen llamar "los exmisteriosos desaparecedores", anunciaron que el exsenador sería liberado en breve, de acuerdo con un mensaje divulgado por el periodista José Cárdenas en su cuenta de Twitter.
Hace 4 días, hubo un nuevo mensaje de los denominados Misteriosos Desaparecedores, que hora dicen pertenecer a una organización llamada Red por la transformación global, que anunció la pronta liberación del ex senador panista, dijo Cárdenas.
Este grupo emitió un "boletín-epílogo" de tres partes en el que esgrimió el lema "Contra la injusticia y la impunidad, ni perdón ni olvido". Esa es quizá la primera pista que podría llevar a suponer que se trata de una organización rebelde o de tinte político.
UNA CURIOSA SIMILITUD CON LOS MENSAJES DEL "SUBCOMANDANTE MARCOS"
El mensaje de los secuestradores, inicia con una frase del dramaturgo Bertold Brech sobre la violencia y el asesinato -lo cual indica que se trata de una organización con algún refinamiento intelectual y no una simple banda de maleantes analfabetas-, y luego critica la corrupción del sistema político, la economía y las desigualdades que persisten en el país.
El texto abunda en críticas al poder y al sistema político, al señalar que "en México vivimos inmersos en un clima de creciente violencia destructiva que las mafias del gobierno permiten y fomentan, porque sólo así pueden ocultar la sistemática represión, tratar de controlar el descontento social e impedir, por el momento, que se generalice la lucha popular.
"Las formas de la violencia son cada vez más crueles y abominables; el conflicto no sólo ha dejado decenas de miles de personas muertas, sino terror e incertidumbre entre los vivos. La distancia entre el discurso de gobierno y las prácticas corruptas que lo caracterizan son una clara muestra de que los más altos funcionarios y las instituciones del Estado mexicano están coludidos con el crimen contra quien dicen estar luchando", se lee en el documento.
Se habla por ejemplo del "duopolio televisivo" y cuestionan la falta de "oportunidades de encontrar empleos productivos y un salario que cada día vale menos. Vivimos en amenaza de muerte al tener acceso restringido a la alimentación, a la salud, a los servicios, a los derechos y a conocer la justicia", se dice.
Por lo que se ve, se trata de un mensaje netamente político que recuerda un poco algunos discursos de organizaciones rebeldes de los años 60 y 70, pero algo retocadas y actualizadas, curiosamente muy parecidas a las que es afecto el autodenominado "subcomandante Marcos".
No hay duda de que todo secuestro es condenable y que no importa de qué clase de persona se trate el sufrimiento que provoca lastima e indigna a la sociedad. Lo que provoca perplejidad es que un hombre de ese nivel político haya podido ser raptado y mantenido durante 7 meses en cautiverio, sin que el Estado -con toda su capacidad de inteligencia y organización-, haya podido siquiera tener una pista de su paradero y de los autores de este acto criminal.
Ciertamente, la conclusión que se antoja es que "nadie está a salvo". Todos estamos expuestos y los mexicanos de a pie recibimos el mensaje muy claro: si al todopoderoso y multimillonario Diego Fernández de Cevallos lo secuestraron, que se puede esperar de una persona que no cuenta sino con los recursos mínimos para sobrevivir, y por supuesto no goza de la protección suficiente que le podría dar su estatus social.
Aún así, el presidente Felipe Calderón se atrevió a señalar que se aplicará todo el peso de la ley contra los culpables y ofreció esclarecer el caso. Él conversó con su compañero de partido -pero rival político-, y le expresó su satisfacción por saber que ya se encuentra libre.
Sin duda, habrá dicho Diego, si su vida hubiera dependido de la capacidad demostrada por el gobierno para proteger a la población, quién sabe dónde estaría ahora.
Por cierto -apenas retornó a casa sano y salvo-, dijo que "como hombre de fe", había perdonado a sus secuestradores pero, "como ciudadano, creo que las autoridades tienen una tarea pendiente".
Se especula que la familia de Fernández de Cevallos pagó al menos 30 millones de dólares por su liberación. Quizá algún día se conozca quienes realmente son los autores de este secuestro, pero tal vez nunca se sepa.
Sin embargo, los que lo hicieron, pusieron el dedo en la llaga y mostraron claramente que México es el país donde al parecer se puede cometer el crimen perfecto
GRANOS DE CAFÉ
Todavía abruman los sentidos, las imágenes que muestran el cobarde asesinato de la activista Marisela Escobedo, a las puertas de palacio de gobierno en Chihuahua. La sangre fría y el desparpajo de su victimario, que todavía se da tiempo para perseguirla y abordar un automóvil para escapar, es sorprendente.
Lo que se presentó inicialmente como el asesinato de la joven Rubí Marisol, hija de la señora Escobedo -el cual quedó impune por la vileza de los jueces del caso, quienes inexplicablemente absolvieron a Sergio Rafael Barraza, el asesino confeso-, derivó en un nauseabundo ajusticiamiento público. Las balas que hicieron caer a la valiente activista son del tipo que utilizan sicarios del crimen organizado.
Luego de enfrentarla verbalmente, el hombre desenfundó su pistola y la persiguió por la calle hasta alcanzarla. Ahí, apenas sobre la banqueta, la mujer cayó como un fardo, herida fatalmente en la cabeza.
Apenas el pasado 30 de julio, Marisela Escobedo -acompañada de otra madre en problemas, como ella-, había realizado una pequeña arenga frente a la residencia oficial de Los Pinos, en la cual demandó justicia al presidente Felipe Calderón y en ese momento le habían extendido un mes de plazo para resolver sus problemas. En su caso, particularmente dijo que si el 30 de agosto no habían recapturado al asesino de su hija, acompañada de otras personas saldría a pie desde el puente internacional de Ciudad Juárez, hasta la ciudad de México.
Pese a las promesas de que se haría justicia, nada se hizo en su favor. Luego vino su cobarde asesinato. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y la condena mundial no se ha hecho esperar. Saben que México entero comienza a ser catalogado como un pueblo sin ley. Lo del Estado fallido es ya una realidad.
…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com o carbot@mexico.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario