martes, 28 de septiembre de 2010


Habitantes del Barrio Ojo de Agua claman la ayuda de las autoridades



ALBERTO HERNÁNDEZ
Habitantes del Barrio Ojo de Agua, en la zona oriente de San Cristóbal de Las Casas, claman la ayuda de las autoridades, pues aseguran que tras las inundaciones registradas en el lugar, nadie ha acudido a su llamado; “ni autoridades, ni cuerpos de auxilio y los daños son cuantiosos”, indicaron.
“Todavía está la urgencia, sobre todo porque estamos en el proceso de limpiar las casas y obviamente viene la cuestión de salud; hay que desinfectar, pero lo chistoso es que los de protección civil y la cruz roja vinieron muy bien uniformados, limpios, sin siquiera estar mojados, pero nada han hecho, no nos han apoyado”, denunció Marta Dekker Gómez, habitante del barrio.
En entrevista, dijo que “los bomberos son los únicos que sí estuvieron trabajando en la calle Yajalón y en la colonia 14 de septiembre; en Ojo de Agua se cayó una barda y fueron ellos los que estuvieron abriendo un canal para darle cauce al agua pero no hemos tenido apoyo en las casas”.
Detalló que desde el sábado por la mañana que empezó la lluvia y hasta la noche “ya no pudimos darnos cuenta, percatarnos de la gravedad del asunto, cuando venimos a ver ya todas las casas estaban inundadas; hay un serio problema de inundación aquí en el barrio , son varias las familias afectadas”
El lunes al medio día, vecinos de Ojo de Agua sostuvieron una reunión, pero hicieron hincapié en la necesidad de una persona responsable de Protección Civil que los “que nos dé la asesoría adecuada para ver cuáles son las estrategias a seguir y qué es lo que debemos hacer en este momento”, reiteró Dekker Gómez.
“Los pronósticos no son buenos, ya los vimos por la televisión, estuvimos pendientes del paso del huracán y sabemos que va a seguir lloviendo, por eso necesitamos tomar las medidas pertinentes”, agregó.
Otros afectados exigieron que “las autoridades nos vengan a apoyar, estamos bastante abandonados, en Ojo de Agua no hemos recibido ayuda de nadie, queremos pipas de agua para limpiar y lavar nuestras casas porque estamos sacando la misma agua sucia a cubetazos”
Lo importante, dijo un habitante, es que al repartir la ayuda y las cosas, las autoridades y encargados de hacerlo se den cuenta de quienes lo necesitan en realidad, no que sólo se entregue así y ya, porque hay gente que tiene cosas y ahí va a pedir más, deben hacer un estudio ligero, porque hay varios que sí perdieron todo.
Refugiados en el Centro de Convenciones El Carmen.
También debido a las inundaciones, que provocaron que muchos sancristobalenses de diversas zonas de la ciudad perdieran su patrimonio, unas 285 personas permanecen refugiadas en este albergue temporal, cerca de 25 de las más de 300 que habían el domingo, ya salieron voluntariamente a recorrer sus domicilios y revisar los daños que sufrieron.
Largas filas se pudieron observar después del medio día para que los albergados, sobre todo los niños, pasaran a recibir sus alimentos, entre pan, café, arroz con leche, y hot cakes, previo a la comida, que fueron entregados por personal del DIF municipal.
Gente recostada en cartones, cobertores y colchonetas, algunos sin estos, es la triste realidad observada al interior del refugio temporal.
El albergue cuenta con un módulo para consultas médicas y personal de salud atiende a los damnificados.
Absalón Armendáriz, de Protección Civil Municipal, informó que “en este albergue hay aproximadamente 285 personas, eran más de 300, pero unas 25 fueron a ver cómo están sus casas y sus pertenencias; son 57 familias y un total de 165 adultos y 120 menores de edad”.
En entrevista, explicó que a los damnificados por la depresión tropical “Matthew”, se les está dando atención en alimentación, ropa, medicamentos y todo lo necesario; “hemos tenido mucha ayuda por parte de la ciudadanía, organizaciones y particulares”, dijo, y precisó que lo que más necesitan los refugiados en este momento son higiénicos, desechables, leche para niños, pañales, café y alimentos.
Teresa Ruiz Mazariegos, de 79 años de edad, habitante de la colonia La Isla, quien desde el domingo se encuentra albergada en este refugio temporal, relató su caso a este medio informativo. “Se acabó mi casa, está hecha un asco, se arruinaron todas mis cosas; mi televisión, mi estufa y mis aparatos que tanto me servían, se perdió todo lo que yo tenía, sólo procuramos salir nosotros”, platicó con nostalgia.
Al momento de la inundación, agregó, “me caí boca arriba en el agua y me estaba ahogando, pero unos policías o soldados me sacaron, me llevaron cargada entre varios y a ellos les debo la vida”.
Dijo que como damnificados, aunque sea un granito a cada quién nos debe tocar; “yo entré ayer empapada de agua y pedí un suéter o una falda, algo de ropa pero como ya se había secado sobre mí la que traía puesta, no me quisieron dar, pero por lo menos nos están dando nuestro granito de arena a cada quién”.
Detalló que, como todos los refugiados, los diez miembros de su familia duermen en cartones y colchonetas viejas que la gente les regaló; “han venido muchas cosas más pero aún no nos han repartido nada”, lamentó.
La afectada indicó que aún no sabe cuánto tiempo permanecerá en el albergue, pero “si nos vamos a donde no tenemos nada, vamos a perder lo poco que aquí nos puedan ofrecer; mientras nos den algo que nos llene, que nos vista, que nos nutra, eso es lo importante y yo estoy contenta aquí, agradecemos que nos fueron a sacar del agua, de la inundación”, concluyó.

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