viernes, 5 de abril de 2013


Zapatistas dicen ya basta, desean regresar  a la vida institucional:                
Albores Cruz 


Emilio Alfaro /ASICh 
Después del 94 a la fecha las comunidades de Ocosingo han cambiado bastante y muchas familias zapatistas desean regresar a la vida institucional para que los apoyos del gobierno federal les lleguen a sus regiones y parajes y dejen atrás la miseria y el hambre que durante años han venido padeciendo.
Desde esa fecha son muchos los cambios, por un lado cambio la estructura de propiedad privada y muchos ranchos quedaron en poder de los zapatistas, y muchos rancheros quedaron en la calle, en tanto que otros emigraron a otros estados del país, pero ahora lamentan y añoran como recuperar sus propiedades.
Octavio Albores Cruz, presidente municipal de Ocosingo, que vivió en carne propia el levantamiento armado de aquellos tiempos, precisó que el impacto fue muy fuerte, sin embargo gracias a ello todo vino a cambiar, tanto en el aspecto político social, cultural, siendo un detonador que hizo en primera que Ocosingo ocupara las primeras planas a nivel mundial y que se supiera que México no era lo que se pensaba y que en las capas interiores de la sociedad había grandes miseria, necesidad y pobreza.
El alcalde recordó que derivado de ello ahora se crearon nuevos grupos, donde la capucha fue símbolo de lucha, de liberación y de ocultarse para poder tener fuerza y ser escuchados.
Hasta la fecha todavía están los caracoles, municipios autónomos y grupos todavía en movimiento en el cual han disminuido, pero de que esas células zapatistas están todavía allí, allí están, y en un momento dado se organizan y se estructuran porque tienen nexos y comunicación entre ellos y mueven a la sociedad, precisó.
En cuanto a los ranchos existen muchos abandonados y acaparados por los zapatistas indígenas y muchas tierras están sin trabajar, sin embargo el trabajo se ha ido recuperando, porque antes muchos zapatistas trabajaban en los ranchos y fincas cuyas fuentes de ingresos eran malas pero buenas, pero también hay que reconocer que había movimiento económico.
Pero llega el momento en que los zapatistas se apoderan de los ranchos quedan allí, se acaba la pequeña propiedad, el ganado, el café y las posibilidades de trabajar y hasta la fecha muchos zapatistas dicen ahora ¡basta!, quieren regresar a la vida institucional, pues tienen 19 años en la clandestinidad y durante todo ese tiempo nunca recibieron ni un solo apoyo del gobierno, refirió Albores Cruz. 

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