martes, 12 de marzo de 2013

Ministerio de Jesús
¿Cuáles son y cómo influyen en la obra que llevan a cabo actualmente los cristianos verdaderos?

En los Evangelios se aprecian dos características importantes del ministerio de Jesús, ¿Cuáles son y cómo influyen en la obra que llevan a cabo actualmente los cristianos verdaderos?
Buenos cristianos y buenos ciudadanos. ¿Cuáles fueron dos características importantes del ministerio de Jesús? En primer lugar, Jesús se esforzó por cambiar a las personas, no las instituciones políticas. Pongamos por caso algo que recalcó durante su Sermón del Monte. Poco antes de llamar a sus discípulos la sal y la luz del mundo, explicó a sus oyentes que quienes "tienen conciencia de su necesidad espiritual" son felices. Y no solo ellos, sino también "los de genio apacible", "los de corazón puro" y "los pacíficos". Jesús quería que sus seguidores comprendieran dos cosas: que debían adaptar su forma de ser a las normas divinas sobre el bien y el mal, y que debían servir a Dios sin reservas. 
En segundo lugar, Jesús se compadeció de las personas que sufrían y se sintió motivado a aliviarlas. Con todo, no encabezó una campaña para erradicar el sufrimiento del mundo. Es cierto que curó enfermos, pero las enfermedades no desaparecieron. También consoló a los maltratados, pero las injusticias no cesaron. Hasta alimentó a los hambrientos, pero el hambre sigue azotando a la humanidad. 
¿Por qué se centró Jesús en cambiar el corazón de las personas y en aliviar sus penas? ¿Por qué no se concentró en cambiar las instituciones y en acabar de una vez por todas con el sufrimiento? Porque sabía que de esto se encargaría Dios en el futuro mediante su Reino. De ahí que, en una ocasión en que sus discípulos quisieron que dedicara más tiempo a curar a los enfermos, él les dijera: "vamos a otra parte, a las villas cercanas, para que predique también allí, porque con este propósito he salido". En efecto, aunque Jesús también aliviaba el sufrimiento físico, su prioridad era predicar y enseñar la verdad acerca de Dios. En la actualidad, los cristianos verdaderos imitan a Jesús realizando esa misma obra de educación bíblica. También hacen lo posible por aliviar el sufrimiento del prójimo ayudando de forma práctica a quienes saben que lo necesitan. 
Sin embargo, no emprenden iniciativas destinadas a erradicar las injusticias del mundo y acabar con toda causa de sufrimiento, pues están convencidos de que eso lo hará el Reino de Dios. Más bien, adoptan una actitud realista como la de Jesús: tratan de cambiar a las personas, no las instituciones políticas. Y es que los principales problemas del hombre no son de carácter político, sino moral.
Los verdaderos cristianos creen que ser buenos cristianos también implica ser buenos ciudadanos. Poe eso, honran y respetan a las autoridades, y a través de sus mensajes y su predicación animan a los demás a hacer lo mismo. Eso sí, cuando los gobiernos exigen algo que Dios no acepta, los cristianos verdaderos no transigen en sus principios. Optan por "obedecer a  Dios como gobernante más bien que a los hombres".
Además, van de casa de en casa ofreciendo clases gratuitas de la Biblia a sus vecinos. Así, mediante esta campaña educativa han llegado la corazón de millones de personas y las han motivado a cambiar. Cada año, cientos de miles de personas abandonan la promiscuidad sexual y vicios como el tabaco, la bebida, las drogas y las apuestas. Todos ellos se han convertido en ciudadanos responsables y con valores morales gracias a que han puesto en práctica los principios bíblicos. Esta instrucción bíblica también fortalece los vínculos familiares. Por un lado, fomenta el respeto en la familia, y por otro, mejora la comunicación entre cónyuges, entre padres e hijos y entre hermanos. Y familias fuertes y estables crean comunidades fuertes y estables.
Tras leer esta serie de artículos en el editorial de este Diario, ¿a qué conclusión ha llegado usted? ¿Aprueba la Biblia que la religión se mezcle con la política? La respuesta es clara: NO. Aun así, los cristianos verdaderos deben ser buenos ciudadanos. ¿Cómo? Siendo la sal y la luz del mundo, como mandó Jesús. Quienes siguen las instrucciones de Cristo se benefician a sí mismos, a sus familias y, en último término, a las comunidades donde viven. Si usted desea saber más acerca de cómo funciona este programa de educación bíblica en su comunidad, los animamos a ponerse en contacto con los Testigos de Jehová de su zona.
    

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