viernes, 12 de octubre de 2012

 

Obispo mexicano entre los favoritos al Nobel de la Paz

Se trata de José Raúl Vera López, obispo de Saltillo desde el año dos mil, quien se ha caracterizado por defender a los más vulnerables en la guerra contra las drogas

La televisión pública noruega afirmó hoy que uno de los favoritos para alzarse con el premio Nobel de la Paz 2012, que será anunciado mañana viernes, es el obispo mexicano José Raúl Vera López, conocido defensor de las personas más desfavorecidas en las poblaciones vulnerables que están en medio del sangriento conflicto que enfrenta a las fuerzas armadas y a los cárteles de la droga en México.
La cadena NRK indicó que, según sus informaciones, el Nobel se concedería este año a un solo candidato y podría ser él, ya que en
2011 se otorgó a un trío de mujeres: las liberianas Ellen Johnson Sirleaf y Leymanh Gbowee y la yemení Tawakkol Karman.
Desde la cadena de televisión también se informó de otros candidatos: «puede ser que Thorbjoern Jagland (presidente del comité de los Nobel, ndlr) y el Comité Nobel quieran este año mirar hacia el este», añadió NRK, que generalmente posee buena información sobre el tema.
En ese caso, el galardón podría recaer en el bielorruso Ales Beliatski, fundador del Centro de Defensa de Derechos Humanos Viasna, encarcelado en Bielorrusia tras un proceso denunciado como «político» por la Unión Europea (UE), o la rusa Liudmila Alexeva, que defiende los mismos derechos desde hace más de 50 años en la antigua URSS y en Rusia.
La cadena de televisión también estimó que el Comité Nobel podría optar por recompensar a la UE, una organización en plena crisis y a la cual Noruega, país que alberga el premio Nobel de la Paz, rechazó adherirse en dos ocasiones, en los referendos de 1972 y 1994.
Entre los otros nombres que se escucharon como candidatos a obtener el premio, pero que la NRK no mencionó, figuran el filósofo teórico estadounidense de la revolución no violenta Gene Sharp, la militante afgana de derechos humanos Sima Samar y la ONG rusa Memorial, así como una de sus fundadoras Svetlana Ganuchkina.
Tampoco mencionó a la pacifista egipcia Maggie Gobran, una copta egipcia fundadora de la ONG Stephens Children y a quien en su país la minoría cristiana considera como una especie de madre Teresa, célebre misionera ganadora del Nobel de la Paz en 1979.
Sharp, un teórico de la no violencia y fundador del Instituto Albert Einstein, ha ejercido gran influencia en movimientos de todo el mundo, entre ellos la denominada «Primavera árabe».
Ya figuraba el año pasado entre los favoritos, pero en su contra puede jugar que hace apenas dos semanas la fundación Right Livelihood Award le otorgó el denominado Nobel Alternativo.
Lo mismo puede decirse de Sima Samar, la ex relatora de la ONU para Sudán y ex ministra de la Mujer en Afganistán, ahora presidenta de la Comisión Afgana Independiente de los Derechos Humanos (AIHRC) quien desde hace años es nombrada como aspirante al Nobel de la Paz.
Pero al igual que con el activista Serguéi Kovaliov y la abogada chechena Lidia Yusúpova, a Gánushkina puede perjudicarle que el secretario del comité Nobel noruego, el ex primer ministro Thorbjørn Jagland, lidere también el Consejo de Europa.
Aunque la polémica ha rodeado siempre al Nobel de la Paz, esta ha aumentado considerablemente en los casi cuatro años que Jagland está al frente del Comité Nobel, con decisiones muy controvertidas, especialmente la del galardón para el presidente de EEUU Barack Obama en 2009.
Yusúpova, como la activista china uigur Rebiya Kadeer, tiene a su favor haber obtenido el premio de derechos humanos de la fundación noruega Rafto, otorgado este año al nigeriano Nnimmo Bassey.
Ganadores del Rafto como la activista birmana Aung San Suu Kyi; el ex presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta; el coreano Kim Dae-Jung y la abogada iraní Shirin Ebadi fueron premiados años después con el Nobel de la Paz.
El disidente cubano Óscar Elías Biscet, el filántropo paquistaní Abdul Sattar Edhi, el activista turco Ragip Zarakolu, la india Anna Hazare, la emisora Democratic Voice of Burma y el soldado Bradley Manning, que filtró documentos de la inteligencia estadounidense a WikiLeaks, también suenan en las quinielas al Nobel de la Paz.
WikiLeaks y su fundador, Julian Assange, están entre los nominados, al igual que el vicepresidente de Ecuador, Lenín Moreno; el venezolano José Antonio Abreu; el ex director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza; la Fundación Vicente Ferrer y las Abuelas de la Plaza de Mayo.
La presencia en la lista de candidatos -que pueden ser nominados por catedráticos de Universidad en Derecho o Ciencias Políticas, parlamentarios o antiguos laureados de todo el mundo- sólo se puede conocer si quienes lo han propuesto lo hacen público.
El Comité Nobel no difunde la lista hasta pasados 50 años, y lo único que confirma ahora es el número de candidatos, que este año ha alcanzado la cifra de 231, de ellos 43 organizaciones.
Así se sabe también que figuran en la lista inicial el bielorruso Ales Beljatskij, la tunecina Lina Ben Mhenni, el canal de televisión Al Yazira, el congoleño Denis Mukwege, el nigeriano John Onaiyekan, la somalí Hawa Abdi, Human Rights Watch, la Campaña para el Control de Armas, la UE y el ex canciller alemán Helmut Kohl, entre otros.
Pero no será hasta mañana cuando el Comité Nobel revele quién sucede a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf; la también liberiana Leymah Roberta Gbowee y la yemení Tawakul Karman, ganadoras el año pasado por su lucha por la seguridad de las mujeres y su derecho a participar en la paz.
El Nobel de la Paz es el único que se otorga y se entrega fuera de Estocolmo, por decisión expresa del creador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia.

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