martes, 1 de noviembre de 2011




Ensambladora Santiago El Pinar, orgullo de la segunda CRS en el mundo

- Habitantes encontraron un espacio laboral para ganarse la vida dignamente

El 29 de enero de 2009 se colocó la primera piedra de la comunidad rural sustentable Santiago El Pinar, que hoy es una realidad.



Después de un análisis de dotación de equipamiento e infraestructura para crear un ambiente armónico y proporcionar a los habitantes nuevas herramientas de trabajo, la inclusión de la enseñanza de nuevas prácticas fue acertada, así fue como surgió la Empresa Ensambladora “Santiago El Pinar”.
Alfonso Salazar Aguirre, gerente de la Ensambladora explicó el motivo de la creación de esta empresa que hoy es el orgullo de la segunda Ciudad Rural Sustentable en el mundo “Santiago El Pinar”.
“El objetivo es que la gente que radica en Santiago El Pinar no salga a buscar trabajo a otros lugares sino que encuentre aquí un espacio para poderse ganar la vida, en una primera etapa tuvimos inscritas 93 personas, en esta segunda etapa ya tenemos inscritas 76 gentes de las cuales más de 20 son mujeres”.
De lunes a viernes de 8 de la mañana a cuatro de la tarde, en esta empresa se ensamblan partes que vienen prefabricadas de otros puntos del país, para culminar el proceso con manos chiapanecas; 10 diferentes módulos ambulantes para surtir a los comerciantes beneficiados con el programa gubernamental “Comerciante Cumplidor”, bicicletas, sillas y escritorios escolares, son algunos de los productos que se ensamblan en el inicio de este proyecto, todo se distribuye al interior del estado.
Durante quince días las obreras y obreros se capacitan de manera voluntaria para posteriormente ser contratados y recibir un salario, tres mil pesos mensuales más un bono que se pueden llevar, si cumplen con su horario de entrada puntual trabajando con calidad y en equipo.
“Le queremos dar trabajo a más de 300 gentes, esto es un sueño ver tanto entusiasmo de la gente, la participación en los momentos de la capacitación, todos están muy entusiasmados”, destacó Salazar Aguirre.
Pero en el fondo el trabajo de estos hombres y mujeres va más allá, con su labor y aprendizaje elevan el índice de desarrollo humano de su localidad.
“Estoy aprendiendo lo de la bicicleta, la silla y todo estamos aprendiendo bien, antes no teníamos trabajo, café un poco, ahora ya tenemos trabajo y nos ayudó el gobernador”, dijo uno de los beneficiados con un empleo digno y seguro en la ensambladora.

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