miércoles, 3 de noviembre de 2010

CAFÉ PARA TODOS

* NARCOLIMOSNAS, FUENTE DE RIQUEZA; LA IGLESIA SE JUSTIFICA
* MANDO ÚNICO, UN ARMA DE DOBLE FILO


En la celebrada película "El Infierno" de Luis Estrada, también realizador de "La Ley de Herodes", se observa a un sacerdote bendiciendo la pistola de un narcotraficante. Quizá para muchos, una exageración, pero la escena no está lejos de la realidad.
Metafóricamente, parece indicar que la jerarquía católica no es ajena a los negocios del narco. Más aún, parece ser que el dinero del crimen organizado fluye alegremente en las arcas de la Iglesia sin que el Vaticano haga algo por frenar este problema.
Por tal motivo, la propia Iglesia quiso curarse en salud y admitió que hay efectivamente dinero de los capos de la droga usados para financiar obras pías.
El asunto viene a cuento a raíz de la difusión -hace un par de semanas- de que Heriberto Lazcano, alias "El Lazca", el presunto jefe de Los Zetas, auspició económicamente la construcción de una capilla en Pachuca, Hidalgo. No se trata de una noticia inventada. Existe una placa donde se agradece a Lazcano su contribución para edificar ese recinto.
La Arquidiócesis de México publicó en su última edición un editorial donde admite la existencia de las hoy llamadas "narcolimosnas" y trata de justificar este problema al señalar que ningún estado de la República ni sector de la población están libres de este flagelo y del poder corruptor del narcotráfico.
"Podemos mencionar ambientes empresariales, periodísticos y medios de comunicación y, desafortunadamente, algunos ambientes religiosos", indicó el editorial del semanario "Desde la Fe", de la Arquidiócesis que encabeza el cardenal Norberto Rivera Carrera.
El asunto no es nuevo. El Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Ramón Godínez Flores, se aventó la puntada de decir en abril del 2005 que a la Iglesia católica le llegan limosnas del narcotráfico, pero "se purifican al entrar a ella".
"Donde quiera se dan (limosnas del narco), en Aguascalientes y en Tepezalá, pero no nos toca a nosotros investigar el origen del dinero", dijo el prelado en rueda de prensa, cuando se le preguntó si el narcotráfico donaba dinero a la Iglesia.
Godínez Flores puso como ejemplo cuando María Magdalena le lavó los pies a Jesucristo con un perfume caro y éste no investigó de donde sacó para adquirirlo. Simplemente dejó que le ungiera los pies.
El prelado dijo también que la Iglesia "no debería rechazar las limosnas de las que sospeche que provienen del narcotráfico. No porque el origen del dinero sea malo hay que quemarlo. Hay que transformarlo, más bien. Todo dinero puede ser transformado, como una persona también que está corrompida se puede transformar", expresó. "Si una persona se puede transformar, cuanto más lo material.
"Sigue siendo motivo de gran preocupación que en algunos ambientes, por el afán de poder, se hayan deteriorado las sanas formas de convivencia y la gestión de la cosa pública, y se hayan incrementado además los fenómenos de la corrupción, impunidad, infiltración del narcotráfico y del crimen organizado", dijo el pontífice en un discurso a obispos mexicanos.
Unos días antes, el Papa Benedicto XVI había expresado su preocupación por la infiltración del narcotráfico y el crimen organizado en el País.
No obstante, el Vaticano no quiso comentar las polémicas declaraciones del obispo Godínez.
Sin embargo lo que él dijo es sólo la punta del "iceberg", pues desde hace varios lustros a Iglesia católica de México -el segundo país con más fieles en el mundo-, es receptáculo de generosos donativos que permiten "chulear" capillas, templos y catedrales.
En abril de 2008, el entonces presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguilar Retes -al clausurar la 85 asamblea plenaria del organismo-, habló de los narcotraficantes y la supuesta labor social que realizan.
El prelado reconoció que algunos narcotraficantes, a los que no identificó, se han acercado a representantes de la Iglesia católica, algunos en secreto de confesión, en busca de consejo porque "desean cambiar de vida y encontrar la paz", aunque aclaró que no se recibe ninguna limosna por escucharlos.
"Son muy generosos con las sociedades de sus pueblos habituales y, en general, meten la luz, ponen comunicaciones, carreteras, caminos, por cuenta de ellos. Son muy generosos y muchas veces también construyen alguna iglesia o una capilla", dijo Aguilar Retes causando otra vez gran polémica.
APLICAR A LOS NARCOS MEXICANOS, UNA LEY SIMILAR A LA COLOMBIANA
Aguilar Retes reconoció que la iglesia ha tenido acercamientos con narcotraficantes y propuso que en México se apruebe una ley similar a la de Colombia, en la que se protege la identidad de los traficantes de droga que quieran cambiar de vida.
"Comentando con algunos obispos, podemos decirlo, porque no voy a romper ningún secreto, porque no diré nombres de obispos ni de narcotraficantes. Ha habido quienes se han acercado y pedido orientación sobre cómo hacer un cambio de vida", indicó. Ya se puede imaginar el lector la que se armó entonces.
En realidad el tema del dinero del narco y cómo se blanquea en las arcas clericales es uno de los asuntos menos discutidos ahora que el asunto del crimen organizado se ha convertido en algo que permea prácticamente todos los ambientes.
Las dudas sobre la relación de representantes de la iglesia mexicana con los capos de la droga se remontan muchos años atrás y simplemente, en 1993, cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo murió en medio de un confuso enfrentamiento armado en el norte del país entre el cártel de Tijuana y el de Joaquín "El Chapo" Guzmán, actualmente prófugo, se hablaba de que el prelado estaba involucrado en el narcotráfico.
Por tal causa, se necesita hablar más del asunto y dejar que la impunidad rodee también a una institución que se supone debería estar libre de manchas. En la medida en que los narcos vean que la Iglesia se rehúsa a aceptar sus donativos mancillados por actos contrarios a las leyes y a la moral como el tráfico de drogas, los asesinatos, los secuestros y las extorsiones, los mafiosos se darán cuenta de que están actuando mal y quizá haya la posibilidad de que rectifiquen su conducta.
Pero si la propia Iglesia bendice los actos de los narcos y los alienta para que entreguen su dinero -aún si éste es empleado para obras filantrópicas y pías-, entonces los capos de las drogas de algún modo se sentirán como alentados para seguir la senda del mal.
La Iglesia católica no está consciente del papel tan importante que juega como la guía moral para quienes creen en sus enseñanzas. Por eso, resulta claramente hipócrita que trate de imponer sus criterios cuando es la primera en actuar inadecuadamente, bajo la premisa de "hagan lo que yo les digo pero no lo que yo hago".
Porque de ser cierto que la Iglesia recibe narcolimosnas, estaría incurriendo en el delito de lavado de dinero, que es sancionado por las leyes y las autoridades de la Procuraduría General de la República tendrían que actuar para impedir que siga fluyendo el dinero sucio en las alcancías de las parroquias.
Lo lamentable es que la Iglesia siempre se conduce como un Estado dentro del Estado, sin que nadie le exija cuentas. Todos somos iguales ante la ley y no existe ningún fuero eclesiástico.
Por eso ahora que la arquidiócesis de México vuelve sobre lo mismo, todo hace pensar que el asunto es tan fuerte y tan extendido que no se puede ya ocultar.
¿Será que de verdad hay un nexo muy fuerte entre Iglesia y el narco? Si lo hay ¿qué espera la PGR para investigar?
GRANOS DE CAFÉ
La creación de un Mando Único Policial es un arma de doble filo, e incluso, tal vez implica un riesgo, más que una solución al grave problema de la corrupción en las corporaciones de seguridad pública, porque concentraría en los gobernadores todo el control sobre la fuerza pública y, en consecuencia, abriría la posibilidad de dominio estatal de las bandas que hoy están en pugna por someter diversas plazas municipales y hasta pequeñas localidades.
Si bien es incuestionable la determinación de muchos mandatarios estatales por erradicar la inseguridad en sus territorios, también lo es la penetración que ha logrado el crimen organizado al permear todos los niveles de la administración pública, sectores y capas sociales.
De acuerdo con la Comisión de Desarrollo Municipal del Senado -con derecho de opinión en la negociación del Mando Único Policia-, la iniciativa del Ejecutivo federal para reformar el Artículo 115 Constitucional, resulta "inaceptable" porque aprobarlo significaría empoderar a los gobernadores.
"El uso de la fuerza pública en manos de los gobernadores, y lejos del alcance y la influencia real del alcalde y el ayuntamiento, podría también obedecer a móviles políticos", consideró el presidente de esa Comisión, el senador panista Ramón Galindo.
No es casual, por tanto, que diversos alcaldes en todo el territorio nacional manifiesten sus dudas sobre sumarse al modelo del Mando Único Policial, como es el caso de Mauricio Fernández del municipio de San Pedro.
Además el legislador considera que ya existe en la Constitución el eje argumentativo de la iniciativa presidencial, que es la figura de los convenios, por lo que considera innecesario reformar el artículo 115 constitucional.
Pero quizá la esencia del peligro radique en la corrupción y la capacidad de seducción del crimen organizado, especialmente del narcotráfico, que constituyen el mal endémico del país y que recientemente nos lo recordara la organización Transparencia Internacional, al ubicarnos entre las naciones con mayor proclividad a estas prácticas deleznables, pero omnipresentes en nuestra cultura.
…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com o carbot@mexico.com

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