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¿QUE FUTURO LE ESPERA A LA RELIGION?

¿Son buenas todas las religiones? En todas las religiones hay personas buenas que quieren agradar a Dios. Él las toma en cuenta y las valora. Por desgracia, se han cometido muchas barbaridades en nombre de la religión, en el pasado algunos líderes religiosos hasta torturaban a quienes no estaban de acuerdo con ellos. Y hoy escuchamos en las noticias casos de religiosos que han promovido en otras partes del mundo el terrorismo, han apoyado guerras o han estado involucrados en el abuso de menores, y dicen que los Santos ayudan para realizar portentos y curaciones y quienes invocan la ayuda a estos les dan poder para realizar milagros cosa más errónea como creer eso. A Dios no le agradan las religiones que afirman amarlo pero engañan a la gente enseñándoles mentiras acerca de él. 

La pregunta que muchos interesados en agradar a Dios se hacen es: ¿Deberían sumar fuerzas la Religión y la Política?. Hay una línea divisoria entre lo que se le debe al Estado y lo que se le debe a Dios. “Pablo el apóstol consideraba que participar en asuntos políticos era cruzar esa línea. Cierto libro explica que “Pablo se valió de sus derechos como ciudadano romano durante su proceso judicial, pero nunca se dedicó a influir en las cuestiones políticas de su tiempo” ese mismo libro señala: “Sus cartas a los creyentes de ciudades como Corinto, Éfeso e incluso Roma no revelan interés alguno en debates políticos”. Además dice: “Pablo mandó respetar la autoridad del gobierno, pero en ninguna de sus numerosas cartas se registra la más mínima referencia a que las iglesias locales deberían promover alguna iniciativa ante las instituciones públicas”.

Un teólogo comento que “Cuando se cambiaron las estructuras políticas bajo Constantino, parece que un gran número de cristianos comenzaron a incorporarse a la administración pública y al ejercito, y aceptar cargos políticos”. 

¿Con que resultado? A finales del siglo IV de nuestra era, esa combinación de religión y política dio lugar a la religión oficial del Imperio Romano. Hoy día muchas religiones que afirman ser cristianas también incitan a sus feligreses a tomar parte en la política. Es evidente que no siguen el ejemplo ni de los primeros cristianos ni del propio Jesús.