jueves, 13 de junio de 2013

¿ESTÁ BIEN ORAR 
A LOS SANTOS?
Hoy en la mañana de este miércoles 12 de junio del año en curso, por suprema radio se escucho el comentario acerca de la religión y el porqué de tantas otras creencias que han llegado a existir, según dijo el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, y mucho se menciono en cuanto a los ruegos que se deben hacer a las imágenes o santos para que estos intercedan por nosotros ante el Creador del Universo, esto es por demás ridículo pues en ninguna parte de la Santa Biblia menciona que los “santos” sean quienes intercedan para recibir favores de parte del gran DIOS. 
Pues en pocas palabras comentare que casi todos hemos sentido la necesidad de buscar ayuda de alguien en momentos de inquietud y angustia. Solemos recurrir a un amigo que tenga experiencia en el problema que nos preocupa y que sepa ponerse en nuestro lugar. El amigo ideal es el que posee estas dos cualidades: la experiencia y la compasión.
Hay quienes hacen lo mismo cuando necesitan orar. Como Dios, les parece demasiado grandioso e inaccesible, se sienten más cómodos dirigiéndose a los santos. Piensan que como estos han pasado por las pruebas y dificultades propias de los seres humanos, serán más comprensivos. Por ejemplo, quienes han perdido algo que aprecian mucho oran a san Antonio de Padua, quien, según la tradición, es el patrón de las cosas perdidas o robadas. Otros rezan a san Francisco de Asís cuando tienen un animal enfermo, o a san Judas Tadeo cuando se sienten desesperados por alguna causa perdida. Pero, ¿respalda la Biblia la costumbre de orar a los santos? ¿Escucha Dios estas oraciones? ¿Qué piensa él de que se ore a los santos? Puesto que nuestro objetivo final es que Dios nos oiga, su opinión debería interesarnos.
La costumbre de orar a los santos se basa en la doctrina católica de la intercesión, según la cual los santos “no dejan de interceder por nosotros ante el Padre” basándose en los “meritos que adquirieron en la tierra” (Catecismo de la Iglesia Católica). De modo que quien ora a los santos lo hace con la esperanza de obtener algún favor especial mediante ellos gracias a su bendita posición ante Dios.
¿Enseña la Biblia esa doctrina? Hay quienes dicen que sí y que la base está en los escritos del Apóstol Pablo. Un ejemplo que citan es lo que les escribió a los cristianos de Roma: “Yo les ruego, hermanos míos, por nuestro señor Jesucristo y por el amor que nos da el Espíritu Santo, que oren mucho a Dios por mí”. ¿Estaba pablo pidiendo a sus hermanos cristianos que intercedieran por él ante Dios en el sentido religioso de la palabra? No, ni mucho menos. Lo que Pablo dijo muestra que un cristiano puede pedir a otro que ore a Dios a favor de él. Pero eso es muy distinto de orar a alguien que supuestamente está en el cielo para que le trasmita a Dios nuestra petición. ¿Por qué no debemos hacerlo? 
Puesto que Jesús mismo dijo en el Evangelio de Juan: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. Y también: “Lo que pidan al Padre en mi nombre él se lo concederá”.
Jesús no dijo que debíamos orarle a él y que él hablaría a Dios por nosotros. A fin de que nuestras oraciones sean escuchadas, tenemos que ofrecerlas a Dios y hacerlo en el nombre de Jesús y de nadie más. 

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