Chiapas rebelde… Chiapas autónomo
Gaspar Morquecho
En agosto de 2013, los zapatistas del EZLN y sus bases de apoyo celebrarán 10 años de vida activa de los Caracoles. Para entonces habrán pasado 44 años de la fundación de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), nos acercaríamos a los 30 años de la fundación del segundo núcleo guerrillero de las FLN Emiliano Zapata, semilla en buena tierra, del que se nació el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y al 20 aniversario del levantamiento armado del EZLN aquel 1º de enero de 1994. El Sub estaría muy cerca de los 60.
Estamos hablando de un proceso de lucha de casi medio siglo. Fundación (1969); crecimiento, bautizo de fuego, persecución y casi eliminación (1974); diferencias, radicalismos, reconstitución de las FLN y fundación del segundo núcleo guerrillero (1983); diez años de acumulación de fuerzas en las montañas y selva de Chiapas, y levantamiento armado, diálogo de Catedral, primer Aguascalientes y Convención Nacional Democrática, elecciones y fraude electoral, despliegue político militar del EZLN de fin de año (1994); Traición de Febrero, militarización de Chiapas, Éxodo zapatista al fondo de la Selva, Diálogos de San Andrés (1995); firma e incumplimiento gubernamental de de los acuerdos (1996); Marcha del Color de la Tierra (2000-2001); Ley Racista y Fundación de los Caracoles (2003); Sexta Declaración de la Selva Lacandona (2005); Recorrido de la Otra Campaña (2006); Movilización de 25 bases del EZLN en apoyo y solidaridad del movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (2011); Movilización de, al menos, 40 mil zapatistas en 5 municipios de Chiapas (2012); hacia la Escuelita Zapatista de agosto de 2013.
Las FLN se sembraron en tierra fértil abonada con la larga historia de resistencia y de lucha de los indios, con el trabajo de las y los agentes de pastoral de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y la Teología de la Liberación (salud, educación, producción, organización social); el trabajo político de las izquierdas de entonces, los impactos del Congreso Indígena de 1974, de una década de intensa lucha de resistencia y rebeldía indígena y campesina en Chiapas y un contexto regional de luchas revolucionarias en la vecina Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua). Lo que siguió fue obra de la estrategia y tácticas de los militantes de las FLN. De hallarse en la selva, en las montañas y con los modos de cada uno de los pueblos con los que se fueron encontrando. De la fuerza de sus principios. De valerse de sus propias fuerzas y recursos. De acumular fuerzas y no chocar con el enemigo. De preparar con decisión la lucha revolucionaria. De formar un Ejército Insurgente, decidir el levantamiento y la rebelión armada en un contexto nacional e internacional adverso: la Caída del Muro de Berlín, los procesos de pacificación en Centroamérica, y la declaratoria de inviabilidad de la lucha armada. Como escarabajos se movieron y fortalecieron debajo de toda esa ojarasca cultural y adversidades.
En los últimos 20 años, el EZLN ha sobrevivido a la guerra, a la traición del los gobiernos neoliberales, de los partidos políticos, al repliegue de las organizaciones sociales que surgieron en la década de 1970 que para 1995 se habían abandonado el campo de la lucha popular, a la deserción de algunos de sus mandos, al repliegue de varias de sus comunidades, al paramilitarismo y a otras estrategias contrainsurgentes como son los programas de "combate a la pobreza".
En el EZLN se encarnan las resistencias de los pueblos, la capacidad para la creación de comunidades, la continuidad en la lucha. Desafiantes se declaran rebeldes y autónomos. En la base de la Autonomía Rebelde Zapatista están las Bases de Apoyo, de ellas, la más formidable: las mujeres zapatistas. Cuentan con sus unidades de producción: las familiares, las comunitarias y las colectivas en los predios recuperados; sistemas e infraestructura al servicio de la salud y la educación que sostienen promotores a "cambio" de "formación, techo y comida"; con una red de abasto de alimentos básicos. Cuentan red de trasporte con la capacidad de movilizar, al menos, 40 mil bases de apoyo. Con sistemas de comunicación civil, con programas en las radios rebeldes y la comunicación estrictamente militar; con un territorio que lo integran comunidades y municipios rebeldes gobernados por Consejos y Juntas de Buen Gobierno en 5 Caracoles que son unidades que tienen jurisdicción sobre un número determinado de municipios y comunidades rebeldes y, finalmente, con las y los insurgentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. La Autonomía Zapatista es ese conjunto y, en ese conjunto, la democracia zapatista es la práctica cotidiana de toma de decisiones en una diversidad de comités: salud, educación, unidades de producción, etc. Lo mismo ocurre territorialmente en las reuniones comunitarias, municipales, regionales y en los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno (JBG) y en las que corresponden en el ámbito militar. No hay día en el que no se esté realizando una reunión y se tomen acuerdos.
Este proyecto de Autonomía Rebelde tiene sus propios desafíos y los que comparte con otros pueblos: el cambio climático, los desastres, la IV Guerra Mundial, las guerras en América Latina, los operativos en el Frente de Guerra en la Frontera Sur, el "retorno" de Salinas y el Sexto Sexenio del Neoliberalismo Conservador y de Derecha, la contrainsurgencia de los programas de "combate a la pobreza" y la "cruzada contra el hambre", el "adormecimiento" de las masas, la militarización del territorio, la presencia de las Empresas Radicales, el incremento del alcoholismo y la drogadicción, el hostigamiento de grupos contrarios con la complicidad de los gobiernos federal, estatal y municipal y el abanico de partidos políticos. Los entornos del Chiapas Mágico, del Chiapas político, del Chiapas bárbaro y del Chiapas Racista, evidentemente son adversos al Chiapas rebelde y al Chiapas autónomo. Los últimos veinte años de resistencia de los pueblos zapatistas en esas condiciones, no son poca cosa.
¿En qué están? Tendiendo puentes en los ámbitos locales, nacionales e internacionales y en la organización de la Escuelita Zapatista.
Ingeniero, construir en esas condiciones es complicado. Ojala, como dicen, aprendamos a ser mejores seres humanos.
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