DIÓCESIS
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Diócesis de San Cristóbal de Las Casas
MIGRANTES, DRAMA MULTIDIMENSIONAL
HECHOS
Son dramáticas las situaciones que pasan los migrantes en su anhelo de llegar al "Norte", mexicanos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses y de otras nacionalidades. Es aterrador y conmovedor conocer sus historias, las penurias que padecen, la inseguridad a que se exponen, el desgarramiento de las familias. Varias veces hemos denunciado las extorsiones de que son víctimas, los secuestros y asesinatos perpetrados por grupos criminales y narcotraficantes, sin la suficiente protección de las autoridades correspondientes.
Nos duele y preocupa que en algunas partes predomine el recelo, la desconfianza y el rechazo. Cuestiona nuestra práctica evangelizadora la actitud de vecinos que impiden que la Iglesia les proporcione albergue y asistencia humanitaria. No sólo no les comparten algo para sobrevivir, sino que los atacan y excluyen. ¿Eso es cristiano? Es verdad que uno que otro migrante, en su desesperación e indigencia, comete tropelías, atropella, invade, y hasta llega a dañar a los vecinos. No todos son pacíficos, inocentes y santos; pero no por unos pocos se les debe condenar a todos.
Es satisfactorio, por otra parte, que mucha gente se pone en su lugar y les asiste, de una u otra forma, con alimentos, medicina, ropa, dinero y protección jurídica. Son varios los albergues que nuestras diócesis y congregaciones religiosas hemos promovido en las fronteras norte y sur, así como en su trayecto. No sólo un sacerdote se preocupa por ellos; hay muchísimos samaritanos anónimos, que les hacen menos duro su paso entre nosotros. Nunca salen en las noticias, pero son quienes sostienen la esperanza de los que intentan por todos los medios salir de su miseria y encontrar oportunidades de una vida mejor, para sí y para los suyos.
CRITERIOS
En su Exhortación Apostólica Africae munus, el Papa Benedicto XVI dice algo que no sólo vale para Africa, sino para todo el mundo: "Millones de migrantes, desplazados o refugiados buscan una patria y una tierra de paz. La dimensión de este éxodo, que afecta a todos los países, pone de manifiesto la magnitud de tantas pobrezas, con frecuencia provocadas por fallos en la gestión pública. Miles de personas han tratado y tratan aún atravesar mares y desiertos en busca de un oasis de paz y prosperidad, de una mejor formación y una mayor libertad. Lamentablemente, muchos refugiados y desplazados vuelven a encontrar violencias de todo tipo, la explotación, e incluso la cárcel o, en demasiados casos, la muerte. Algunos estados han respondido a esta tragedia con una legislación represiva. La precaria situación de estos pobres debería despertar la compasión y la solidaridad generosa de todos; por el contrario, a menudo suscita temor y ansiedad. Muchos consideran a los emigrantes como una carga, les miran con recelo, viendo en ellos peligro, inseguridad y amenaza. Esta percepción lleva a reacciones de intolerancia, xenofobia y racismo. Mientras tanto, estos inmigrantes se ven obligados por su precaria situación a realizar trabajos mal pagados, y a menudo ilegales, humillantes o denigrantes.
Ante esta situación, la conciencia humana no puede dejar de sentirse indignada. La migración, tanto dentro como fuera del continente, se convierte así en un drama multidimensional, que afecta seriamente al capital humano, provocando la desestabilización y la destrucción de las familias. La Iglesia seguirá haciendo oír su voz y comprometiéndose en la defensa de todos" (Nos. 84-85).
PROPUESTAS
Considerando que cuanto hagamos o dejemos de hacer por los migrantes, Jesús lo considera hecho a El mismo, abrámosle el corazón. Son personas que sufren. Pongámonos en su lugar. Y aunque no les podamos resolver todos sus problemas, con algo que les demos, entre todos les hacemos menos pesada su travesía.
Pedimos a los próximos legisladores que analicen este drama humano y elaboren propuestas legislativas que les protejan. Presionen a los líderes estadounidenses para que allá los acepten como seres humanos y hermanos, y que no olviden que son un país formado por migrantes.
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