miércoles, 21 de marzo de 2012


CAFÉ PARA TODOS

Alberto Carbot


* VISITA DEL PAPA EN TIEMPOS ELECTORALES; EL PAN PODRÁ CAPITALIZAR MEJOR ESTE ACONTECIMIENTO
* EL SISMO DE AYER, UNA PÁLIDA SOMBRA DE LO QUE VENDRÁ




En plena temporada electoral, en vísperas del inicio de las campañas, el Papa Benedicto XVI llegará a México, en medio de una gran expectativa sobre todo de los numerosos fieles que viven en este país, el segundo más católico del mundo.
El Sumo Pontífice hará su segunda visita al "Continente de la Esperanza", como lo bautizó su antecesor Juan Pablo II, aunque en la primera sólo estuvo en Brasil. Ahora, en cambio, viajará a México y luego a Cuba.
La Santa Sede resalta que la visita ocurre en un momento especial porque se cumplen 20 años del reestablecimiento de las relaciones entre México y el Vaticano.
"Recordar estos 20 años de relaciones, siempre cordiales y positivas, es también un bellísimo motivo para que el Santo Padre visite México", aseguró Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.
Sobre Cuba, el motivo es que se cumplen 400 años del descubrimiento de la Virgen de la Caridad del Cobre, la santa patrona de la isla.
Sin embargo, para las principales fuerzas políticas la visita de Benedicto XVI puede resultar al mismo tiempo una bendición y una pesadilla.
Todos, aunque lo nieguen, intentarán capitalizar la presencia del Pontífice. Sin embargo, los que tendrán mejores oportunidades serán los miembros del Partido Acción Nacional (PAN).
No hay que olvidar que Guanajuato es un estado panista y que el presidente Felipe Calderón se encontrará personalmente con Benedicto XVI en calidad de jefe de Estado.
El candidato de la coalición de izquierda Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, advirtió desde hace varias semanas que la presencia del jefe de la Iglesia católica "no debe mezclarse con la política", porque es un asunto religioso.
López Obrador confió en que el gobierno o su partido no caigan en la tentación de instrumentalizar la visita "con propósitos político-electorales". Sin embargo, no pudo ceder a la tentación y admitió su interés en encontrarse con el Papa y dijo que "si llega la invitación y nos convoca, vamos a participar, ya que se trata de un jefe de Estado y el dirigente religioso más importante de los católicos del mundo".
El nuncio apostólico Christopher Pierre confirmó que los organizadores de la visita del Papa invitaron a los candidatos presidenciales a asistir a una de las misas que oficiará Benedicto XVI, aunque dijo él no se entrevistará con ninguno de los candidatos a la presidencia, pues no llega a México con motivo del proceso electoral en curso.
El pontífice "viene a encontrarse con hombres y mujeres de fe, no para decir a los políticos lo que tienen que hacer", dijo Pierre, quien apuntó que durante sus apariciones abordará temas que preocupan en el país como la violencia, la pobreza, la educación y los valores, pero desde la fe.
La jerarquía católica insiste también en que la Iglesia "no tiene ningún interés político ni pretende influir en las elecciones presidenciales de ese año", como señaló el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa. "Los tiempos de los candidatos y las elecciones no son los tiempos del Papa. El pontífice va porque quiere ir a México, que coincida con las elecciones es otra cosa", afirmó el prelado.
Del próximo viernes 23 al lunes 26, el Papa viajará al estado de Guanajuato, uno de los más sólidos baluartes del catolicismo en México, y uno de los principales escenarios de la guerra cristera.
Porfirio Muñoz Ledo pidió que no se convierta la visita papal "en una visita electorera". Sin embargo, Roberto Blancarte, investigador del Colegio de México en temas religiosos, señaló que aunque la cúpula católica lo niegue, la visita del Papa tiene tintes políticos.
"Resulta ingenuo pensar que ni la Conferencia del Episcopado Mexicano ni la Nunciatura Apostólica, ni el Vaticano o el gobierno federal, hayan tomado en cuenta las fechas en que se efectuará la visita, en la cual estará abierto el proceso electoral más importante" en 6 años, dijo Blancarte.
"No hay nada de ingenuo en esto. Es muy claro que lo tienen en mente", afirmó el autor del libro "El estado laico".
PROVECHO POLÍTICO DE LA VISITA PAPAL
Especialistas como Blancarte creen que la Iglesia católica aprovechará con esta visita "el momento de fragilidad política, para introducir y presionar su propia agenda, situación de la cual debería estar consciente la clase política".
Adicionalmente, estiman que para el gobierno conservador, afín al clero, es muy fácil manipular políticamente la presencia del Sumo Pontífice, pues sólo el mandatario y sus funcionarios podrán estar con él a la luz de los medios de comunicación.
Pero no todos los expertos consideran que la visita papal abonará votos al partido en el poder. Por ejemplo, Jean Meyer, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), afirma que si los dirigentes de esta formación creen que la presencia del Papa en México les dará un solo voto, están muy equivocados.
Sólo 2 de los 4 candidatos presidenciales ha anticipado que estará presente en la misa del domingo 25 en el Parque Bicentenario de Silao, al pie del Cerro del Cubilete, coronado por la estatua a Cristo Rey.
Se trata de Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña. López Obrador no ha confirmado si asistirá a esta ceremonia religiosa, que convocará a unos 600 mil fieles.
Según anticipó Lombardi, el Papa prevé "exhortar al gobierno a superar la violencia y los obstáculos que presenta la vida del país a través de la justicia y la paz".
En otras palabras, necesariamente se habrá de referir a la manera en que el presidente Felipe Calderón conduce la estrategia contra los cárteles y seguramente se colará por ahí alguna que otra crítica por el "daño colateral" que están resintiendo numerosas personas que no están relacionadas ni con el gobierno ni con los delincuentes.
El Papa además hablará de la desigualdad lacerante que flagela a los mexicanos, con unos 50 millones de pobres, 20 millones de los cuales se ubican en la franja de la extrema pobreza.
Seguramente será muy difícil para Calderón explicar a Juan Pablo II cómo en un país que se ubica como una de las economías emergentes -y que este año inclusive será presidente el denominado Grupo de los 20-, puede alojar a tan grande número de pobres y al mismo tiempo tener entre sus filas al hombre más rico del mundo, el empresario Carlos Slim.
Según estadísticas de organismos internacionales América Latina es la región más desigual en cuanto a distribución del ingreso en el mundo, pero México es un país muy representativo de este contraste.
Quizá lo mejor que puede hacer el gobierno panista tanto del estado como federal, es poner todo de su parte y movilizar todos los recursos a su alcance para que el Papa tenga una estadía segura, pues se dice que al menos 5 carteles del narcotráfico operan en Guanajuato.
El propio procurador de Justicia de la entidad, Carlos Zamarripa, ha dicho que en esa entidad operan los cárteles de La Familia Michoacana, Del Milenio, Los Zetas, Caballeros Templarios, y de Jalisco Nueva Generación.
La visita papal será un reto, más que una oportunidad, que puede volverse oportunismo.
Ojalá que el gobierno entienda que más que sacarle jugo para ganar elecciones, pueda ser la ocasión inmejorable para mostrar al mundo que a pesar de la violencia, los mexicanos podemos hospedar en forma digna a un jefe de Estado y a un líder espiritual reconocido por más de mil millones de personas en el mundo..
.GRANOS DE CAFÉ
El sismo de 7.8 grados en la escala de Richter que estremeció ayer la ciudad de México, volvió a poner en la mente de todos sus habitantes, el terremoto del 19 de septiembre de 1985, al recordarnos no sólo que vivimos en una zona sísmica, sino también que aún estamos lejos de poder asegurar que hemos desarrollado una cultura en materia de desastres naturales.
Y es que si bien se han reforzado las medidas de seguridad en materia de construcción de inmuebles -ya sean comerciales o residenciales, así como los operativos de simulacros en caso de terremotos-, la verdad es que la lección parece no haber sido bien aprendida, puesto que los asentamientos irregulares en zonas inestables, siguen creciendo en la región metropolitana.
Aunque las secuelas del sismo registrado este 20 de marzo parecen ser menores, -ya que sólo se reportó la caída de una baranda de un puente en construcción sobre un microbús, sin víctimas mortales, así como la torsión de las vías del metro férreo-, las escenas de pánico, pero sobre todo la impotencia vivida por los capitalinos ante el fenómeno telúrico, nos recuerda que el Valle de México es una bomba de tiempo, no sólo por la gran cantidad de gente que vive sobre barrancas y lagunas secas, sino también la existencia en la región de al menos tres volcanes supuestamente extintos.
Quizá el mayor obstáculo que debe afrontar la ciudad de México para encarar cualquier emergencia por causas naturales, sea la sobrepoblación que padece, fenómeno que después de los terremotos del 85 se pensó que podría revertirse, pero lejos de eso, la mancha urbana ha seguido creciendo a ritmo batiente, desafiando al entorno social y ecológico, como quizá nunca antes en la historia de esta capital.
Los capitalinos deben estar conscientes de que tarde o temprano se dará el gran sismo que habrá de originarse en la llamada Zona del Silencio (una franja de choque entre las placas de Cocos y la Continental, en las costas de Oaxaca y Guerrero), el cual podría golpear con tal fuerza el Valle de México, que tal vez active sus volcanes, y entonces nada podrá compararse al Apocalipsis que habrá de producirse.
…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com

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