miércoles, 4 de enero de 2012


EL MUSEO DE LA CIUDAD
(*) La espera paciente de una remodelación que, no llega

Augusto Solórzano López.
El ingeniero Francisco D'amico, seguramente nunca pensó que su obra entregada el 31 de diciembre de 1942 se convirtiera en el Museo de la Ciudad y menos que fuera motivo de destrucción por el paso de las huestes "cetemistas" del PRI; jaloneos gobiernistas y que ahora lo que fue la sede municipal se encuentre a la espera pasiva del inicio de un proyecto arquitectónico de ampliación e integración que no llega a pesar de que éste, está listo desde hace nueve años el 2002.
El Palacio Municipal de Tuxtla Gutiérrez; el que fue inaugurado por el Gobernador Rafael Pascacio Gamboa, efectivamente, el 31 de diciembre de 1942, hoy decimos es el Museo de la Ciudad. Un lugar que se supone está destinado para conservar y para exhibir el paso del tiempo que da forma y figura a un pueblo, un tramo histórico que abarca de 1890 a 1950 y más.
La compilación del acervo histórico está y se lo debemos al hombre que dedicó su vida a la verdad, como ya no hay o existen muy pocos; Don Fernando Castañón Gamboa, el creador del Archivo General del Estado, del cual como se sabe fue su primer Director. Ese legado sigue a la espera del lugar que le corresponde y el decoro que merece.
Los documentos que son conocimiento, educación e historia, libros, fotografías, semblanzas, utensilios, objetos como el Primer Reloj de la Ciudad y que estuvo en Palacio de Gobierno con una edad que se remonta a 1891, ahí están sin poder ser suficientemente valorizados por el visitante pero sobre todo por nosotros. La mano salvadora no llega, quizá porque son acciones que no dan lustre a los gobernantes, aparentemente, o porque no consiguen votos, aparentemente también y de un modo o de otro relegan y hasta discriminan al sector de la cultura (que de por si se olvidaron) todavía existe y ahí está luchando, sin avanzar casi nada.
Hilda Castañón Morell no necesita decir, exigir, gritar o reclamar, sus inmensos ojos lo dicen todo. Basta verle de frente. Ella es la directora del Museo de la Ciudad y dueña de una gran capacidad cultural y envidiable educación que respira por cada poro de su piel.
Ha luchado casi dos décadas a partir de 1994 y su caminar por esos corredores del septuagenario ex Palacio Municipal hoy Museo de la Ciudad, ha sido tan firme que la conservación no ha caído, el Museo sigue abierto. Ella, Hilda Castañón, continúa adelante y por sus ademanes de finas manos, jamás claudicará.
El legado histórico y tradicional de Tuxtla Gutiérrez tan escrupulosamente investigado y cuidadosamente protegido por el profesor e ingeniero Fernando Castañón Gamboa y tantos Tuxtlecos de bien, quienes forman el protagonismo de la ciudad desde los tiempos en que se cree que fue fundada, no hemos sido capaces de darle un lugar donde reposen y sean admirados.
La dinastía de los Castañón podríamos afirmar son celosos guardianes de ese tesoro acumulado por tantos años de "búsqueda afanosa de la historia" de quien "consagró su vida a la verdad", Don Fernando Castañón Gamboa cuya Fundación "Pro Museo de la Ciudad", lleva su nombre y que preside Oscar Castañón Morell.
Nuestro Museo de la Ciudad (Tuxtla Gutiérrez) no ha tenido mucha suerte, antes de donde ahora está, su residencia estuvo en la Casa de Laura Cano de 3ª. Oriente entre 1ª., y 2ª., sur, quien como propietaria la pidió, luego la vendió y la antigua y valiosa casona acabó siendo derribada. Hoy, es un estacionamiento público.
La obra del arquitecto de nacionalidad Italiana, Francisco D'amico, quien cimentó raíces en la capital de los chiapanecos trabajó en una estructura neo colonial que se levanta en la esquina de Avenida Central y 2ª., poniente norte, en un terreno que perteneció a Don Noé Vázquez, quien fue el primer Presidente Municipal Constitucional de Tuxtla Gutiérrez en 1915.
El International Council of Museums (Consejo Internacional de Museos), define; un Museo es una institución sin fines de lucro, un mecanismo cultural dinámico, evolutivo y permanentemente al servicio de la sociedad urbana y a su desarrollo, abierto al público en forma permanente que coordina, adquiere, conserva, investiga, da a conocer y presenta, etc.
El "Proyecto arquitectónico de ampliación e integración del Museo de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez", que no llega, que no logra ver la luz y la forma del color bienhechor, fue concebido por el Arquitecto Jorge Luna Ochoa en coordinación con la propia Hilda Castañón Morell e incluso los niños de la familia Castañón.
Es un proyecto meticulosamente cuidado, que no deja nada afuera, que todo está previsto desde la óptica de quienes aman y se involucran en la historia, la cultura y tradición de este pedacito del territorio mexicano, para "dar a conocer el pasado honroso de un gran pueblo", Tuxtla Gutiérrez.
Es mucho y muy variado el acervo cultural de "la tierra de los conejos", como enorme es el cariño de las y los amorosos de Tuxtla. La respetable Doña Camila Morell de Castañón, quien se despidiera del mundo terrenal en enero del 2011, inspiró el espacio dedicado al "Parque de las Damas".
Hilda, su hija quien sucumbe al amor de quien le dio el ser y deja escapar un par de lágrimas, que sirven para enjugar la idea de crear El Parque de las Damas, cuya propuesta de la señora Morell, se puede apreciar en el Museo de la Ciudad: Véalo.
La bancas explica, fueron hechas del fleje que traían las importaciones que Chiapas hacía de Alemania. "Estas bancas las encontramos en Suchiapa, las rescatamos y aquí están". Presume seguramente como otros tantos ejemplos.
Así y a grandes rasgos, el proyecto arquitectónico de ampliación e integración del Museo de la Ciudad, tiene previsto quince salas que servirán para exhibir la historia de Tuxtla desde los tiempos en que se cree se fundó la hoy capital de Chiapas.
De llegar el gran benefactor del museo, el edificio actual con la ampliación e integración albergará entre otras las salas de: "Los Tuxtlecos Notables", "Tuxtla y las Comunicaciones", "Médicos y Boticarios de Tuxtla", quince en total. Contempla dos plantas como está la parte original y en ella se ubicarán: Biblioteca, oficinas y cafetería. El Plan no desperdicia un solo rinconcito de la reducida dimensión del lugar.
En el entretanto, no podemos dejar de mencionar que el edificio calificado como un tesoro artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes al cuidado se dice del INAH, fue despiadadamente maltratado por la gente que lideraba el extinto dirigente de la CTM Salvador Duran Pérez, cuando concedieron su sede, para que se edificara el actual Palacio Municipal y ellos (los trabajadores) se quedaran en el edificio del actual Museo.
Ver las fotos del desastre la verdad enerva, pocos saben y la mayoría ignoramos del enorme trabajo que se ha realizado para rescatar tan solo el monumento arquitectónico que da posada al Museo de la Ciudad, así sobrio sin agregarle adjetivos populistas de los cuales son muy dados los gobiernos.
Que podemos hacer los que amamos a nuestra tierra a nuestra patria, sino, buscar a gente como Hilda Castañón Morell para empaparnos, asombrarnos, respetar todavía más a nuestra historia y extrañarnos de los enormes despilfarros de dinero y que no haya un poco para el Museo de la Ciudad.
El Museo de la Ciudad vive en pobreza extrema como miles de chiapanecas y chiapanecos. Su mantenimiento en total, incluyendo al vigilante, tiene un costo de unos 15 mil pesos mensuales que se obtienen por donaciones que son muy pocas. La afluencia de visitantes es reducida y se promedia en unas 20 visitas diarias.
El epílogo del escrito es analizar el esfuerzo del ayer con el esfuerzo del hoy y sacar un cociente de triste desencanto. (1) Don Fernando Castañón Gamboa, primer Premio Chiapas 1951 por su obra literaria 1902 - 1959, quien dio todo para rescatar el acervo histórico y cultural de Tuxtla. (2) Como Centro Cultural Tuchtlán en 1991, luego en 1997 como Fundación "Fernando Castañón Gamboa" hasta nuestros días con una directora de carácter, honesta, culta y amorosa por su Tuxtla a más no poder. Hilda Castañón Morell. Y aún así, no se puede.

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