sábado, 29 de octubre de 2011
El oro más esperado
Con gol de Jerónimo Amione, México se impone a Argentina para ganar el oro panamericano en futbol
La presión que vivía Luis Fernando Tena bajo el mando de la Selección Mexicana Sub 22, tras la Copa América en Argentina, parecía estar en punto de ebullición. De inicio el Tri no convencía en estos Panamericanos, pero finalmente logró la meta trazada, jugar por una medalla, y qué mejor si ésta era la de oro, obtenida de forma apretada sobre Argentina en la Final del futbol varonil, con solitaria anotación de Jerónimo Amione.
Amione, definió el único tanto del partido al minuto 75, luego de haber tenido mayor número de ocasiones de gol y que le permitió jugar con la posesión del balón, con el tiempo y la desesperación del rival. Tena logró sacudirse las malas críticas, las que llegaron a decir que su puesto estaba en juego, pero siempre respaldado por José Manuel de la Torre, técnico de la Selección Mayor.
Así, México consiguió su cuarto oro en Juegos Panamericanos, sumado al de 1967 (Winnipeg), 1975 (Ciudad de México), 1999 (Winnipeg de nuevo) y ahora en 2011 (Guadalajara). Para esta edición significó la medalla 37 para la delegación mexicana.
A lo largo de los primeros 45 minutos, el equipo mexicano mostró un buen toque de balón, controló y tuvo la mayor posesión posible, comenzó a generar llegadas al área argentina y provocó un par de amonestados por parte de la Albiceleste en su desesperación por detener los ataques y contragolpes mexicanos.
Miguel Ponce sacaba un tiro por izquierda bien contenido por el arquero Andrada en uno de los disparos más peligrosos del tricolor; Oribe Peralta alcanzaba a rematar con esfuerzo un centro por derecha, pero machucado, sin dirección.
Pero conforme el primer tiempo se consumía, Argentina comenzó a atacar e inquietar a José de Jesús Corona, quien en los últimos 10 minutos antes del descanso debió vigilar y atajar los embates argentinos; un disparo apenas desviado de Laba, uno contenido a dos manos y cuerpo en fondo desde la media luna y el más peligroso el de Adrián Martínez por derecha, quien recortó y disparó con la zurda para que Corona volviera a contener.
Si bien en el segundo tiempo ambos equipos bajaron sus pretensiones frente al arco, México no dejó de ser incisivo, como fuera, con poco lucimiento, con jugadas austeras, como un balón peinado por Hiram Mier a primer poste en tiro de esquina que fue contenido por Andrada.
La angustia también predominó en el complemento, luego de un servicio por derecha que remata Ponce con la testa, tras un bote de balón que terminó en las manos de Andrada. Pero los argentinos también se esmeraron y Cirigliano intentaba sorprender de media distancia que logró controlar Corona.
El cronómetro marcaba 15 minutos para el final, la tensión subía y las jugadas cada vez era más férreas, hasta que llegó el pase filtrado de Aquino a Amione, quien definió con disparo cruzado y a ras de pasto bien habilitado, sin posición adelantada y con todas las de la ley.
Ibáñez escupía una llegada por derecha de Argentina que se cantaba como gol, pero las ganas y el ímpetu, la distancia tan corta de la medalla de oro hizo que la zaga mexicana diera el extra y evitara sorpresa alguna.
Finalmente, la desesperación se apoderó de los argentinos, llegaron a cometer cantidad de faltas, las tarjetas comenzaron a repartirse al por mayor, incluso una roja para David Achucarro sobre el último minuto reglamentario, y después del silbatazo final aún se llegó a ver la roja al portero Andrada. México, libre de provocaciones, se mantuvo mesurado para festejar, con honor, un gol que se pedía a gritos semanas atrás.
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