miércoles, 3 de agosto de 2011
Denominador común en hospital las muestras de agradecimiento por la atención a la salud
Augusto Solórzano López /ASICh
Un sondeo con la gente y un recorrido por hospitales del centro político y económico de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, arroja un indiscutible aprecio por la salud a favor de esas personas a quienes por falta de dinero en muchos casos, se mueren.
Inmediatamente como el Presidente Felipe Calderón declaró ayer después del mediodía en Frontera Comalapa que, Chiapas alcanzó ya la cobertura universal de salud con médicos, infraestructura y tratamiento; hablamos con los familiares de los enfermos.
Vimos a los enfermos, recorrimos pasillos y observamos a los médicos y enfermeras ir y venir por los necesarios para la atención de quienes se duelen por sus padecimientos y fincan esperanzas por la prolongación de sus tiempos de vida o simplemente sanar.
No encontramos una sola persona que no agradezca y no reconozca a las instituciones de la salud cuando tras de sí, llegó la atención y el alivio para la enferma o el enfermo. La madre, el padre, el hermano, la esposa, el niño o la niña.
La respuesta es única: “Estamos agradecidos con Dios y los médicos porque nos atiendan y nos curen; eso no se paga con todo el oro del mundo”.
Esa medida la encontramos espontánea y de un tiempo para acá los esmeros por la salud han cambiado para bien, aún cuando en otros todavía nos falte un poco más y en donde mucho puede hacer la capacitación y el compromiso con y para el dolor humano.
Hombres y mujeres, jóvenes y viejos tienen un punto de coincidencia, “con más hospitales en lugares apartados como Frontera Comalapa o San Juan Chamula, habrá más salud y menos muertos por falta de atención a la salud”.
La preocupación de los médicos y la diligencia de la enfermeras es notoria en los hospitales del sector salud y para eso hay que visitarlos y hay que verlos, solo así se puede sacar conclusiones lo más apegadas a la realidad.
Por supuesto que no faltan los familiares que, envueltos en la angustia y la desesperación quisieran que los elementos de la Secretaría de Salud fueran magos para devolver la sanidad con vertiginosa rapidez.
El personal de blanco, lo entiende y tiene que acudir a la frialdad para dar tiempo y esperar la evolución favorable del paciente y así tras la negrura de la noche viene el amanecer y la sonrisa del enfermo y la satisfacción familiar. “Está mejorando…”.
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