CAFÉ PARA TODOS
Alberto Carbot
* CARLOS PASCUAL, EL EMBAJADOR "INCÓMODO"; QUIZÁ QUIEN LO REEMPLACE SEA PEOR
* RECUERDA BRIGITA ANGUIANO LA EXPEDICIÓN DE SU ESPOSO RAÚL A BONAMPAK EN 1949, EN LA CUAL MURIERON CARLOS FREY Y EL GRABADOR FRANCO LAZARO GÓMEZ
Mal haría el gobierno y algunos partidos en festinar la salida del embajador de Estados Unidos, el diplomático cubano-americano Carlos Pascual, experto en "Estados fallidos". El embajador se fue en medio de la ley del hielo que le impuso el presidente Felipe Calderón desde hace varias semanas.
Aunque la relación entre Calderón y Pascual no fue lo podría llamarse cordial, existía un intercambio constante de información y se veían con frecuencia en actos públicos, siempre saludándose con la sonrisa habitual.
Pero la situación dio un viraje cuando se publicó un cable de Wikileaks en diciembre pasado, donde Pascual afirmó que había una falta de coordinación entre el Ejército y la Marina Armada de México.
El funcionario estadounidense criticó al Ejército mexicano por desestimar la información que le proporcionó previamente sobre la ubicación del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, quien fue abatido por la Secretaría de Marina el 16 de diciembre de 2009. El cable decía que "los soldados mexicanos son lentos y tienen aversión al peligro".
Calderón consideró injusta esa hipótesis cuando han muerto casi 300 militares en la lucha contra el narcotráfico. Obviamente el mandatario se vio fuertemente presionado por el Ejército, que de hecho se muestra molesto porque Calderón suele mostrar predilección por la Marina.
Por ello, decidió demostrarle que sigue siendo su consentido -por algo lo llamó como aliado en la fracasada guerra contra el narcotráfico- y de ese modo se enemistó con Pascual. Y motivos no le faltaron, pues la antipatía se forjó prácticamente desde pocos meses después de que en marzo de 2009, llegara a México designado por el presidente Barack Obama y apoyado por la secretaria de Estado Hillary Clinton.
En diciembre de ese año, Pascual mandó uno de sus primeros "wikicables" que provocaron alguna reacción en el gobierno. En ese primer texto, el embajador calificó al mandatario como "abrumado e inseguro" y dijo que se mostraba incierto acerca de qué ruta seguir para aterrizar su proyecto político.
Decía entonces que mientras el partido del presidente, "cruza una etapa difícil, el Revolucionario Institucional (PRI) va en ascenso y procura no arriesgar su posición, rumbo a las elecciones federales de 2012".
En otro cable, fechado en diciembre de 2009, Pascual se refirió a la Reforma Política de Felipe Calderón anunciada en Palacio Nacional y comentó que "el diablo está en los detalles. Es claro que está intentando recuperar la iniciativa política, distraer la atención del Paquete Fiscal y el aumento de impuestos que iniciarán en 2010", expuso el embajador estadounidense.
Por eso, cuando llegó a Estados Unidos, el 3 de marzo pasado, Calderón se quejó del trabajo de Pascual.
Según el diario The New York Times, una fuente que estuvo presente en el encuentro entre Obama y Calderón, aseguró que el presidente mexicano consideró los cables "injustos con su gobierno".
"Pascual habla de descoordinación entre nuestras dependencias. Yo no tengo por qué decirle cuántas veces me reúno con el gabinete de seguridad. No es un asunto de su incumbencia, pero su ignorancia se traduce en una distorsión de lo que ocurre en México, y genera una afectación y una molestia en nuestro propio equipo", afirmó Calderón.
El jefe del Ejecutivo afirmó que los documentos filtrados por WikiLeaks, en especial aquel donde se critica la actuación del Ejército, han causado un daño severo a la relación bilateral, al grado que su gobierno ya no puede trabajar con el embajador Carlos Pascual.
Lo que más molestó a Calderón fue que Pascual calificara a los militares algo así como timoratos o temerosos.
"Es difícil si de repente se ve que el coraje del Ejército, que han perdido probablemente 300 soldados.y de repente alguien en la embajada de Estados Unidos dice que los soldados mexicanos no son lo suficientemente bravos", dijo Calderón, "o cuando afirman que no tienen suficiente coordinación".
A pregunta expresa de editores y reporteros del diario estadounidense, Calderón admitió, que le había perdido la confianza a Pascual, y señaló que esto "es algo de lo que probablemente hable con el presidente Obama", al indicar lapidario que es difícil construir y fácil destruir.
Pero Obama no quiso aceptar presiones y, como corresponde a todo mandatario, decidió sostener a su embajador a pesar de la irritación de su colega mexicano.
INFLUYÓ EL OPERATIVO "RÁPIDO Y FURIOSO"
Fue hasta dos semanas después, cuando la secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció la salida de Carlos Pascual como embajador ante México y eso porque estalló el escándalo de "Rápido y Furioso", que implicó la introducción de casi 2 mil armas de alto poder a México entre 2008 y 2009.
"Carlos ha basado su decisión de regresar a Washington ante su deseo de asegurar la fuerte relación entre nuestros dos países y para evitar asuntos presentados por el presidente Calderón que puedan distraer el importante asunto de hacer avanzar nuestros intereses bilaterales", dijo Clinton y señaló que sentía un gran pesar por la decisión de Pascual, adoptada luego de varios meses de tensiones en la relación bilateral.
En un comunicado oficial, Hillary Clinton dio a conocer que Carlos Pascual regresará a Washington, a asumir nuevas responsabilidades en el Departamento de Estado, con el objetivo de no violentar la relación México-Estados Unidos.
Sn embargo, manifestó que le pidió a Carlos "permanecer en México para ayudarnos a organizar una transición ordenada". Clinton destacó las labores de Carlos Pascual y lo calificó como un arquitecto de la relación bilateral en el pasado año y medio, impulsando sin descanso los intereses de Estados Unidos.
En realidad, Carlos Pascual fue un hombre discreto y no hizo otra cosa más que hacer su trabajo, es decir, reportar con objetividad lo que ocurre en México. Nada extraordinario de lo que reporta cualquier embajador de México en el extranjero, solo que sus informes no han tenido la importancia que sí reviste la opinión de los diplomáticos del primer mundo.
Es verdad que, como dicen algunos comentaristas políticos mexicanos, sus textos podrían haber sido escritos por cualquier columnista político o corresponsal extranjero. De hecho, no estaban elaborados para endulzarle el oído a Calderón o al Ejército, sino para mostrar la realidad cruda y descarnada sobre lo que sucede.
¿De qué otra manera puede un gobierno enterarse de lo que ocurre en otro país donde mantiene fuertes intereses, si no es a través de la mirada crítica de su representante diplomático?
Pero en México las autoridades piensan que aún los embajadores extranjeros están obligados a hablar bien de ellas, como si hicieran correctamente su trabajo. La historia de cómo Pascual llegó a convertirse en el hombre más odiado por Los Pinos no es diferente a la de otros de sus antecesores.
Al presidente Calderón quizá no le agraden las críticas como cuando el ahora ex embajador calificó en otro cable de Wikileaks al procurador general Arturo Chávez de "soldado de a pie" del oficialismo y calificó de "grises y débiles" a los candidatos a suceder a Calderón.
Pascual afirmó que la selección de Chávez fue totalmente inesperada e inexplicable políticamente y expuso que se trata un hombre que enfrenta a fuertes detractores en la comunidad de derechos humanos, por sus defectos percibidos, cuando fue procurador de justicia en Chihuahua, en especial por los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
El embajador estimó en otro documento que Calderón enfrenta un panorama adverso frente a las elecciones presidenciales de 2012, por no contar con un sucesor "adecuado" en el PAN. El partido "parece en ocasiones preocupado e inseguro sobre la mejor manera de reforzar a sus candidatos", decía el vilipendiado ex embajador.
Lo paradójico de todo esto es que quizá el hombre que sustituya a Pascual sea peor que éste, como suele suceder en la larga y espinosa historia de las relaciones entre México y Estados Unidos. Eso no debería extrañar a nadie. Por eso, seguramente en el pecado llevará la penitencia.
GRANOS DE CAFÉ
Para recordar la odisea que inició en Bonampak en abril de 1949 y concluyó apresuradamente pocos días después -luego de la trágica muerte de Carlos Frey, el descubridor del sitio arqueológico y el grabador chiapaneco Franco Lázaro Gómez-, en días pasados, un grupo encabezado por Brigita Liepins, viuda de Raúl Anguiano, el recordado artista plástico mexicano, integrante del bloque expedicionario, realizó un recorrido por esa región, que incluyó también una visita a la zona arqueológica de Yaxchilán.
Carlos Frey Solís, hijo del descubridor, la escultora Glenda Hecksher, la periodista Norma Inés Rivera, el laureado fotoreportero Antonio Caballero, el ingeniero Hugo Patiño, Rafael Robles y el autor de esta columna, conformaron el grupo.
El viaje tuvo como objetivo principal, actualizar el diario del maestro Anguiano, en el que da cuenta puntual de lo sucedido en la expedición de 1949 -mismo que fue publicado por la UNAM y del que existe el proyecto de editar una nueva versión-, y reivindicar la figura de Carlos Frey como auténtico descubridor de Bonampak, relato que será publicado próximamente en un libro de mi autoría, que narra las experiencias que vivió el explorador, de acuerdo a datos y fuentes fidedignas.
Los nuevos expedicionarios tuvieron oportunidad de conversar con Kin Obregón, de casi 100 años de edad, el único lacandón testigo del viaje que aún sobrevive y algunas mujeres que dieron fe del hecho y aparecen en las fotografías y dibujos del maestro Anguiano.
Luego, con el apoyo del rector de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) Roberto Domínguez Castellanos y el doctor Herminio Chanona, titular del Consejo de Ciencia y Tecnología de Chiapas (Cocytech), tuvo lugar la charla "Anguiano en el Bonampak de Carlos Frey", a la que acudieron jóvenes estudiantes del área de antropología e interesados en el tema.
Sin duda, quedaron sentadas las bases para aprovechar el importante acervo que se encuentra protegido en la Unicach, gracias al moderno sistema de computarizado digital y técnicas de restauración, implementado para salvaguardar la memoria histórica de Chiapas, que incluso atesora algunos ejemplares incunables.
Por lo pronto, habrá que celebrar el interés y la disposición de Brigita Liepins para ceder al acervo de la Unicach varios trabajos del maestro Anguiano -principalmente litografías de los años 50s-, con temas referentes agrarismo, que ella solicitó a este periodista haga llegar a la institución.
Empero, en esta fase se halla preocupada por el destino que han tenido los 12 cuadros de su esposo, que donó para ser exhibidos en el Centro Cultural Jaime Sabines -cuya entrega atestiguó en septiembre del 2008, Blanca Ruth Esponda, la secretaria técnica de gobierno- y que al parecer se hallan extraviados en alguna bodega de Coneculta y quizá sin la debida protección…
Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com
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