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Comentario a Tiempo
Teodoro Rentería Arróyave


EL ABSURDO

Hubo un tiempo en que se aseguraba que el hombre, refiriéndose a la trayectoria de los precandidatos o candidatos, era más importante que el partido que lo postulara.
Ejemplos se contaron por decenas cuando se respetaban principios, ideologías y conductas.
Lo que está sucediendo ahora por la rebatinga exclusiva del poder por el poder mismo, cae en el escenario de lo absurdo. No se respeta nada y muchos menos al electorado, no obstante que hasta es el único sector que ha demostrado civilidad y congruencia.
La pregunta es ¿Cuánto más aguantará la ciudanía mexicana este juego de intereses que sólo está beneficiando a unos cuantos?
El encabezado lo dice todo: "Con un ex perredista, gana el PAN en Baja California Sur.
Así es, con el ex perredista, Marcos Covarrubias Villaseñor, el Partido Acción Nacional, PAN, ganó la gubernatura de Baja California Sur, al imponerse con 7 puntos porcentuales de diferencia a su más cercano oponente, el priísta, Ricardo Barroso Agramont.
Y lo más significativo en estos escenarios del absurdo, el PAN, su aliado de apenas hace una semana desploma al Partido de la Revolución Democrática, cuyo candidato Luis Armando Díaz lo hace caer al tercer sitio, al sótano de la ignominia con cerca de 20 puntos por debajo del triunfador.
En esas condiciones, el PRD, tras 12 años de gobierno pierde Baja California Sur; además el Partido Revolucionario Institucional gobernará la capital, La Paz y Loreto, el blanquiazul Comondú y el Sol Azteca apenas si pudo imponerse en Los Cabos y Mulegé.
También el PRD, en su desastre comicial propiciado por sus aliados antinatura, pierde su hegemonía en el Congreso local, de 16 distritos, 9 son para el PAN; 4 para el PRI y solo logra retener 3
En esa forma, un ex perredista afiliado de última hora al blanquiazul puso fin a 12 años de gobierno del Partido de la Revolución Democrática, según se dice por las fracturas internas que fueron muy bien aprovechadas por los aliancistas albiazules.
Jesús Ortega Martínez, ya sin su mentor Manuel Camacho Quiroz, por la tarde del domingo se ufanaba, seguramente engañado por sus huestes, que Baja California Sur se pintaría de amarillo, fue un lapsus tontitus, se le olvido que estaba pintado de amarillo, lo que debió haber dicho es que por las maniobras de lo absurdo se despintaría de amarillo tras doce años gobierno y obvio se pinto de azul.
¡Qué pena! Ortega se despide con absurdo fracaso y Andrés Manuel López Obrador, por el mismo absurdo, se coloca nuevamente en el liderato absoluto por congruente de la izquierda.
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