martes, 25 de enero de 2011
Punto de Vista
Mario Tassías
Como suele pasar con los protagonistas de las grandes historias, el legado de Monseñor Samuel Ruiz García (1924-2011), Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas forma parte de la transformación de aquellos a quienes fue a buscar y encontró por los caminos de Chiapas.
"Don Samuel llegó a un Chiapas plagado de injusticias y de abusos contra el pueblo indígena y contra los pobres. Le tocó ver con sus propios ojos las espaldas de los hombres indígenas marcadas por el látigo de los finqueros; constató desde la palabra de los pobres indígenas, cuando él llegó a esa zona, que el salario para ellos era de tres centavos al día, y todavía se trataba de un salario que nunca se pagaba, pues existía la tienda de raya. También conoció a las muchachas indígenas sometidas a la "ley de la pernada", es decir, el patrón, antes de que ellas llegaran al matrimonio, tenía que constatar, uniéndose a ellas, su virginidad", recuerda en su homilía Fray Raúl Vera, Obispo de Saltillo.
"Toda esta situación de injusticias, de abusos, de trato inhumano para los indios mayas, es lo que no sólo con su palabra de verdad, de justicia y de amor en su proclamación de la dignidad que tienen los hijos y las hijas de Dios denunció, sino sobre todo con la construcción de una Iglesia en la que puso los medios para que toda esa serie de injusticias y maltratos desaparecieran a través de las instancias que poco a poco se fueron construyendo, en donde por medio de la evangelización, quienes habían sido esclavos, quienes estaban sometidos, quienes no tenían voz, conocieran la dignidad que Dios les dio desde su nacimiento. Y esos mismos indígenas hombres y mujeres, por medio de su participación activa y la construcción de esas instancias, participaron en el cambio de las estructuras sociales, en las que se justificaban y se instrumentaba el trato inhumano que recibían", agrega el purpurado.
jTatic Samuel ayudó a que quienes eran oprimidos y humillados, se convirtieran como anuncia el profeta Isaías, en robles de justicia, reparadores y reconstructores de ciudades devastadas (Cf. Is. 61,3-4).
"Dichoso tú, jTatic Samuel, perseguido por la causa de la justicia, porque tuyo es hoy en plenitud, el Reino de los Cielos. Dichoso tú, jTatic Samuel, que fuiste objeto de injurias y calumnias; de innumerables persecuciones, de vituperios, de insultos por la causa de Jesús, que es la plenitud de la vida de los pobres, la plenitud de la vida para todos los seres humanos en esta tierra. Alégrate ahora y salta de contento ante Dios porque esto lo sufriste por ser profeta fiel de Jesús. DICHOSO TÚ, JTATIC SAMUEL, QUE HOY DISFRUTAS DE LA RECOMPENSA DE LOS JUSTOS", concluye el Obispo de Saltillo.
En un comunicado de las Diócesis de San Cristóbal, los sucesores de Tatic, los Obispos Felipe Arizmendi Esquivel y Enrique Díaz Díaz destacan:
1. La promoción integral de los indígenas, para que sean sujetos en la Iglesia y en la sociedad. 2. La opción preferencial por los pobres y la liberación de los oprimidos, como signo del Reino de Dios. 3. La libertad para denunciar las injusticias ante cualquier poder arbitrario. 4. La defensa de los derechos humanos. 5. La inserción pastoral en la realidad social y en la historia.
También, 6. La inculturación de la Iglesia, promoviendo lo exigido por el Concilio Vaticano II, que haya iglesias autóctonas, encarnadas en las diferentes culturas, indígenas y mestizas.7. La promoción de la dignidad de la mujer y de su corresponsabilidad en la Iglesia y en la sociedad. 8. Una Iglesia abierta al mundo y servidora del pueblo. 9. El ecumenismo no sólo con otras confesiones cristianas, sino con toda religión. 10. Una pastoral de conjunto, con responsabilidades compartidas.
Además de 11. La Teología India, como búsqueda de la presencia de Dios en las culturas originarias. 12. El Diaconado Permanente, con un proceso específico entre los indígenas. 13. La reconciliación en las comunidades. 14. La unidad en la diversidad. 15. La comunión afectiva y efectiva con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia universal (III Sínodo, 571).
Ruiz García, llegará este martes 25 en espíritu, a la concelebración por los LI años de su ordenación episcopal. Fue nombrado Obispo de Chiapas el 14 de Noviembre de 1959 por el Papa Juan XXIII, y consagrado en la Catedral de San Cristóbal de Las Casas el 25 de Enero de 1960, siendo el Obispo No. XXXV de esta diócesis. Será sepultado el miércoles 26 de enero de 2011, iniciando el sepelio con la Misa Exequial en la Plaza Catedral, a las 12 horas.
Su lema episcopal fue: Edificar y Plantar. Y aludiendo a su lema, así terminó su homilía el 25 de enero de 2010, en sus bodas de oro episcopales, en la Plaza Catedral: "Damos infinitas gracias al Señor, Trino y Uno, por habernos hecho hijos suyos y por habernos llamado como pastor de su Iglesia, para edificar y plantar su Reino de justicia, de amor y de paz".
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