sábado, 6 de febrero de 2010
Opinión
Rumando
Enrique Alfaro
* Yo conozco a un héroe
Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó al liderazgo nacional perredista, sostuvo —palabras más, palabras menos— en una reunión interna al dirigirse a los cuadros “históricos” de la izquierda mexicana: “Ustedes son unos héroes, pero para ganar necesitamos ser más pragmáticos”.
De esta manera AMLO explicaba la concesión de numerosas candidaturas a ex priístas en detrimento de la militancia que provenía de la izquierda. También de esta manera López Obrador pintaba su raya con quienes sostenían que la lógica de la participación electoral debía estar basada en el apoyo a la lucha social, a la búsqueda de cambios profundos en la realidad nacional.
AMLO reconocía la lucha de quienes desde las fábricas, desde la clandestinidad, desde las universidades, desde los sindicatos agrarios, habían construido por décadas, con sudor y sangre, la llamada “izquierda mexicana”, pero los acotaba: ustedes son héroes, pero nada más.
Bajo este raciocinio su liderazgo abrió las puertas del PRD a una nueva oleada de políticos del tricolor que llegaron cómodamente a las candidaturas y los puestos de elección popular, a los liderazgos estatales y al control del aparato interno. Andrés Manuel consiguió que su presidencia fuera la más exitosa de todas las anteriores. El PRD se constituyó en una fuerza electoral triunfante y ascendente. Mientras, la izquierda, la vieja izquierda, los “héroes” que sólo eran eso, veían crecer un partido que cada vez les pertenecía menos.
Entre estos héroes perredistas yo ubico al doctor Jesús Gilberto Gómez Maza, quién hoy celebra un año más de fructífera vida. No puedo colocarlo en otro lado.
Desde el movimiento estudiantil de 1968, el doctor participó en la lucha legal por la transformación de este país. Militó en el Partido Mexicano de Trabajadores hasta su conversión en Partido Mexicano Socialista. Fue fundador del Partido de la Revolución Democrática y cuando se sintió “un extraño” en el interior del instituto que había construido, se marchó lamentando que el PRD se hubiera convertido en una variante del PRI, que “su” partido de izquierda hubiera sido colonizado por oportunistas.
Creo que aguantó bastante, pues yo tuve menos paciencia. Yo ya lo esperaba desde el otro lado de la acera pues sabía que era cuestión de tiempo el que se decidiera a cruzar. Y él, terco, empecinado, obstinado, emprendió nuevamente la brega por cambiar este país, este estado, desde el otro lado de la acera. Al fin hechura de Heberto Castillo, sólo ha conocido una dirección en que remar, con la seguridad que da el saberse a contracorriente de los poderosos, a favor de los desposeídos.
Hoy me pregunto si AMLO tuvo razón, si valió la pena construir un partido pragmático, lejano de las luchas sociales. Me pregunto si no fue él victima de su propia hechura. Pero también me pregunto si a la izquierda nos quedó grande el calificativo de “histórica”, si cedimos sin corresponder al tamaño del calificativo.
En fin, cosas del destino. Actualmente López Obrador, rodeado de ex priístas, encabeza un movimiento que en su base, que en su plataforma, se sostiene de muchos de los “héroes que sólo eran eso”.
Hoy puedo sostener en la lógica de AMLO y en la mía, que conozco a un héroe. Él podrá creer que el doctor sólo es eso, yo creo que es más que eso…
Doctor Jesús Gilberto Gómez Maza, reciba de mi familia un sincero abrazo y los mejores deseos para usted y su familia. Bendita la dicha de tenerlo con nosotros.
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